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¡Felices fiestas!

Juan Palomar Verea

Autores

Juan Palomar Verea

Columnas

Hugo González Jiménez (1957–2021)

Enrique de la Mora: un provocador entre nosotros

La ciudad: razones para su futuro

Bicicletas contra la peste

Normalidad y vida urbana

La marcha de la ciudad

Volver a qué normalidad

Repensar la ciudad frente a la crisis

Proyecto de los ojalás: para después de la peste

Volver a la ciudad de mañana

No nos equivoquemos: el enemigo es el coche

Repensar la ciudad en tiempos de crisis

Saliendo del desastre: el aeropuerto de Guadalajara

El dilema de los vehículos de carga

Caminar la ciudad

Guadalajara a vista de pájaro

Árboles: razones para esperar mejores días

La espectacular arquitectura no vista

Una renovada civilidad

Del premio español a Álvaro Siza

Vigencia y beneficio de los barrios

181 horas menos de vida por año

Ciudad: el secreto de la mirada perpendicular

Agresión a Sayula, a Rulfo, a la arquitectura

Arquitectura y arquitectos

¿Cómo lo haría un ranchero?

Nueva arquitectura: del objeto al territorio

El problema de “mostrar” arquitectura

El Bajío del Arenal: salida del laberinto

¡Bravo por la villa panamericana!

Primero Temaca, Acasico y Palmarejo: luego el Zapotillo

La promesa del Agua Azul

Vegetación urbana: cada centímetro cuenta

La modernidad mal entendida

Esplendores de Chapala (y algunos ocasos)

Jardines del Bosque: al rescate del patrimonio tapatío

Luis Barragán recibe a Andy Wharhol junto al ventanal

El patrimonio arquitectónico como futuro

Buenas banquetas, mejor seguridad

Nueva reivindicación de la Plaza Tapatía

Una joya en el lodo: la terminal vieja de cercanías

Los ciclistas tienen (cierta) razón de andar en sentido contrario

“Pueblo bicicletero,” contra la insensatez irresponsable

Bicicletas para la ciudad: nunca es fácil

La laguna de Chapala: lección y cuidado permanente

Las fracturas de la ciudad

Últimas noticias de Jardines del Bosque

Jardines del Bosque: un patrimonio a seguir recuperando

Nuevo elogio de la Plaza Tapatía

Moverse en la ciudad, estar en la ciudad

La cuenta larga de la ciudad

Los impactos urbanos frente al futuro

Apuesta vital por el barrio

Microapartamentos

Las claves de una ciudad

La lección de la celosía

Un solo árbol: ciudad apropiada y apropiable

La lección de una ventana insólita

Veneno para la ciudad

La ciudad como maestra

El aeropuerto de México (y el lago de Texcoco) es un asunto urgente de todos los mexicanos

La gravedad de un nombre

Las responsabilidades del agua

El magisterio de la buena ciudad

Transporte público y autos privados

Políticos con espectaculares: malos políticos

¿Otro Pritzker mexicano?

La mecánica de una gran ciudad

Bicicleta ciudadana

Un caso para algún Robin Hood urbano

‘¿Por qué no le hacen caso a su Luis Barragán?’

Entender la ciudad como necesidad vital

Lo que celebra un balcón popular

La urgente labor de apropiarse de las calles

La indispensable alegría de la ciudad

Lo que cada ciclista representa

Los arquitectos y sus aprendices frente al desastre de los temblores

El temblor de Jojutla y los bomberos de Zacatecas

Temblores y señales de vida

Automóviles: el costo del tiempo perdido

Ignacio Díaz Morales: a veinticinco años de su muerte

Arte urbano, arquitectura, ciudad: ¿qué importa cuánto?

La comprensión de los planes parciales: comprensión del futuro

La mala arquitectura de la ciudad y los arquitectos

Universidades: de fortines a núcleos urbanos vivos

El plano del deseo

Alternativa por la seguridad urbana

Descubrir cómo vivimos: la pedagogía de la ciudad

Puerto Vallarta, 1957

¿Cómo establecer una conciencia contra las inundaciones?

La lección de Carlos Ferrater en Guadalajara

Movilidad: salidas ante la crisis permanente

Las razones de la ciclovía: contra la irritación, por la concordia

Las banquetas como retrato de cada quien

¿Cómo moverse en una ciudad sofocada?

Esto es un coto

Larga vida al arquitecto naval

Idas y venidas de un jardín

¿Es tan malo que ya es bueno?

La lección de Norman Foster en La Habana

De los arquitectos mutilados: frontal reto al gremio

El bache como actor urbano

Memoria y futuro de Mezquitán

Los niños cuidan las ciudades

¿Qué fue de tanto arquitecto? ¿Qué se fizieron?

José María Buendía: elogio del maestro

Teodoro González de León: la muerte del nadador

De la indiferencia hacia la ciudad

Ni una cosa más en la calle

¿Cómo hacer un barrio?

¿Cómo moverse en la ciudad?

¿Por qué la fealdad es el mayor enemigo de la ciudad? Y un remedio

Los tacos y Luis Barragán

Las azoteas como recurso vital

Cómo cambiar la ciudad en cinco años

La esencial sobrevivencia de los mercados

El voltaje de la ciudad

La traición de los edificios altos

Talar arboles

El desastroso reinado de los cables

El problema de moverse

Edificios abusivos: agravios y deudas con la ciudad

¿Qué pasa con el ruido?

La respiración de la ciudad

La belleza será convulsiva o no será

El velero de Frank Gehry (una invectiva)

Banquetas dignas contra tráfico rodado

Contra la arquitectura de la confusión (Luis Barragán, CXIV)

Adoptar la librería (o conseguir una)

Un ataque a la salud pública

Las torres

Dos obras a proteger con urgencia

Memoria de un tapatío-regiomontano ejemplar: Eduardo Padilla Martínez Negrete (1926-2016)

Las Américas, primeros años cincuenta

Las indispensables maquetas

¿Por qué es indispensable ordenar la ciudad?

Días de feria: por un manual de uso

57% de informalidad y el espacio público

Más respeto por el caos, el orden

Banquetas libres: ¿qué tan libres?

Desde el frente: contra las bienales del ego (II)

Desde el frente: contra las bienales del ego (y otros escaparates) I

Contra la larga sumisión del gremio arquitectónico

El diezmo del miedo

¿”Día del arquitecto”? Gracias, ya hay uno

Botellas de plástico, basura, comida

32 manzanas podridas

¿Y de qué le van a servir a la ciudad ese puño de edificios?

El equívoco del Proyecto Chapultepec (y otras posibilidades)

Dos, tres citas: tratado de urbanismo

De cómo la ciudad asesina 655 ciudadanos cada año

El albergue suspendido

Alejandro Zohn

Por ejemplo esta banca

Atmósferas, arena y color

La tentación del puente y la barranca

Crecer para arriba: ¿pero cómo? (II)

Crecer para arriba: ¿pero cómo?

Vivir la ciudad

Tiempo de aguas: 100 días, 9 eventos

Una esperanza para el arroyo de Atemajac

Diario de un espectador

El aeropuerto de México como la gran oportunidad

110 años de arquitectura en México (D.F.) (II)

110 años de arquitectura en México (D.F.) (I)