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Bicicletas contra la peste

Bicicletas contra la peste

8 junio, 2020
por Juan Palomar Verea

Si logramos hacer que un cuarto de la gente de Guadalajara, algo que sucede en muchas ciudades, ande en bicicleta, reduciremos entre 30% y 35% de la contaminación ambiental del Valle de Atemajac. Lo mejor es que esto es factible.

Veamos. Se ocupan primero seguridad y ciclovías razonables. Ya hay y deberá seguir habiendo muchas más. Existe un bien elaborado plan y proyecto al respecto. Hay que destinar los recursos necesarios, a lo mejor de los del creditote express, para de veras entrarle al tema. Y entrarle a sus enormes beneficios.Para ser concretos: el gobierno de Jalisco puede realizar las compras de bicicletas necesarias para alcanzar una masa crítica y hacerlas accesibles para todos los ciudadanos. Estas bicicletas serían de dos tipos: convencionales y eléctricas. Teniendo esta opción, mucha gente que puede sentir que los traslados en bicicleta serían pesados o calurosos elegiría las bicicletas eléctricas (precio alrededor de diez mil pesos).

La bicicleta es, se ha dicho, uno de los más nobles inventos del hombre. Es una extraordinaria herramienta para hacer ciudad, para recorrerla a buen paso, para conocerla y quererla. En mucho contribuye a la vigilancia social y con las bicicletas las calles de vuelven más seguras. Es baratísima, liviana, y sus refacciones muy económicas. La “nueva normalidad” debe incorporar, como principio urbano, la drástica reducción de los gases de invernadero. Y debe también asegurar un mucho mejor medio ambiente para todos los habitantes urbanos. Los árboles son un gran recurso, el otro es el de la reconversión del sistema de movilidad.

De manera que la meta es reducir el tráfico urbano a los niveles de la presente cuarentena. Que las casas en donde hay tres o dos coches se queden con uno (sí se puede) y racionalicen a fondo sus trayectos. Así que sí se puede. Y una gran esperanza es la bicicleta eléctrica. Es capaz de llevarlo a uno del Parque de la Solidaridad al Parque Metropolitano en una hora. Reposadamente, con seguridad y con gran gozo del trayecto. Ojalá que alguna autoridad logre hacer algún aprecio de estas consideraciones. Y contestar.

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