Celebramos que una revista internacional de arquitectura publique un número brasileño. En los años cuarentas y cincuentas, Architectural Forum o L’Architecture d’Aujourd’hui, revelaron al mundo lo mejor de la modernidad brasileña carioca, que influenciaría a generaciones de arquitectos. Pero a partir de los años sesenta las publicaciones dedicadas a la nueva arquitectura brasileña quedaron interrumpidas. Los motivos son muchos y complejos; entre ellos, la situación política y la crisis del Movimiento Moderno, que desviaron el interés hacia cuestiones disciplinarias internas y locales.
Arquine, reúne en este número una muestra de jóvenes arquitectos brasileños, seleccionados por la calidad de sus obras. Todos ellos exhiben una modernidad sin complicaciones, carente del contorsionismo de las falsas neovanguardias; una arquitectura casi funcional, serenamente pueril.
El tema enfatizado por Tafuri a partir de los años 70: “alejar la angustia”, parece estar ausente en el reciente panorama brasileño. En este aparente desfase se encuentran su fuerza y su debilidad, ya que la presencia ineludible de una tradición moderna confiere consistencia a la condición posmoderna en la arquitectura, dando lugar a obras de notable interés.
Los arquitectos aquí mencionados, en su mayoría formados en los años 80, retoman la arquitectura brasileña en sus verdades parciales pero reconfortantes; son obras que no remiten a modelos específicos, con una proyectualidad que se alimenta de las circunstancias del lugar y en las fuentes locales, con una rápida mirada sobre lo que acontece en el mundo. Este modo de estar a gusto en los límites del vasto territorio nacional es una actitud cultural muy brasileña. Sin embargo, este aislamiento genera una autosuficiencia, donde los aparentes aciertos y la autoconfianza intrépida resultan poco conscientes de los peligros de la ignorancia.
Paulo Mendes da Rocha es uno de los mejores representantes de la arquitectura brasileña, por su apego a los principios de la modernidad en sus momentos más gloriosos. Como arquitecto inició su carrera al final de los años cincuenta, realizando obras notables por su sencillez y osadía, entre las cuales destaca el Pabellón de Brasil en la Feria de Osaka en 1970. A través de los años no ha dejado de producir y experimentar, sin perder continuidad en su trabajo. Sin embargo, su trayectoria fue declinando como la de muchos de sus contemporáneos, pero a partir del proyecto del Museo de la Escultura (1986-1992) su trabajo muestra una clara ruptura. Es el mismo arquitecto, con el mismo lenguaje, pero algo imponderable se altera: su modernidad da lugar a una complejidad mucho más explícita que en el pasado.
El ensayo de Carlos Eduardo Dias Comas sobre Niemeyer ofrece una mirada inédita sobre una de las obras más relevantes de la modernidad brasileña.
Obras
Paulo Mendes da Rocha | Aflalo & Gasperini Arquitectos | Amá, Barbosa y Corbucci | Ferraz, Fanucci y Suzuki | Gederson Meotti | Gustavo Penna | Otàvio Leonídio Ribeiro | Francisco Spadoni y Mario Biselli
Ensayos y conversaciones
Ruth Verde Zein | Miquel Adrià | Víctor Jiménez | Fernando Romero Havaux | Manuel Novodzelsky | Alejandro Hernández Gálvez | Javier Gómez Álvarez-Tostado | Carlos Eduardo Dias Comas