El encargo fue la creación de un espacio industrial para producir whisky reutilizando una instalación rural con su historia y un paisaje consolidado en Jilotepec, México, un lugar con una larga tradición agrícola de maíz, materia prima principal de la producción.
Se rehabilitaron los edificios agrícolas del conjunto, como las caballerizas, bodegas y casas de trabajadores. En este contexto, se inserto en el antiguo patio de secado de maíz una nueva nave moderna para realizar los procesos mas sofisticados como nixtamalización, molienda, fermentación y destilado.
La nave es una crujía fabril de acero cuyos costados largos están abiertos a la luz y al paisaje por un fachada acristalara que es a la vez la estructura portante y el dispositivo que filtra el sol y provee de ventilación natural. El carácter repetitivo de sus elementos hace referencia de las estructuras simples de los silos que en la región se utilizaban para guardar maíz y que permitían contener en un volumen compacto pero mantener el paso del aire.
Desde el interior estas fachadas permiten mantener presentes la conexión visual y de escala con los arboles que rodean el edificio y proveen de luz natural para la operación de la planta. Los costados cortos de la nave, se cierran con paneles industriales de lamina de acero corten, dandole un carácter y colorido a través de una patina natural mas cercana a la materialidad de los edificios rurales del paisaje circundante.
El patio de acceso corta la nave para separar la zona de destilado del resto de la nave y ofrecer una salida al patio principal que articula el resto de los edificios. Una zona para visitas con una terraza y una cocina completan el conjunto, se resuelven en los edificios existentes con pequeñas intervenciones que respetan su naturaleza simple y funcional.