Metaverso y metamodernidad: la revolución arquitectónica del siglo XXI
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¡Felices fiestas!
7 marzo, 2024
por Mónica Zamora | twitter: @badayezz | instagram: @badayez
Cuando hablamos de metaversos pensamos en entornos distópicos, llenos de edificios estéticamente atractivos, paletas de colores vibrantes y detalles de índole ciberpunk o muy al estilo de la película Ready Player One (2018), de Steven Spielberg. La realidad, por el contrario, desmitifica estas nociones preconcebidas. Un metaverso no se encuentra ligado por necesidad a elementos futuristas, ni limitado a la esfera de las criptomonedas y la tecnología blockchain.
Los metaversos, como manifestaciones digitales, encuentran sus fundamentos en el mundo tangible que habitamos. Es por ello que hay infinidad de similitudes gracias a los digital twins y, por otro lado, también se replican eventos y actividades culturales que ya se realizan en el mundo físico, pero que ahora buscan tener experiencias sensoriales y cognitivas distintas. Un metaverso, en su esencia, no se relaciona de manera exclusiva a la entidad de Meta Platforms (conocida en el pasado como Facebook) ni se limita a una representación virtual futurista propia de la ciencia ficción, donde existe la posibilidad de una vida alterna o paralela. Más bien, la definición de metaverso trasciende lo tangible, y en la actualidad no contamos con una definición final de este tipo de entornos que se encuentran en constante dinamismo, y realmente no creo que contemos con una definición total por los próximos años.
A diferencia de este concepto tan futurista de un metaverso, tenemos plataformas que buscan asemejarse a las ciudades contemporáneas, en las que nos encontramos con avatares y una personalización significativa, herramientas para socializar —ya sea a través de un chat o gracias a la voz—; por otro lado, se cuenta con tecnologías que ayudan a incrementar el uso de más sentidos del ser humano como la realidad aumentada y la virtual. Un ejemplo es el desarrollo de los guantes hápticos para tener sensaciones más realistas y naturales en la virtualidad.
Desde hace años, grandes marcas y corporaciones han identificado en este ámbito un nicho prometedor, utilizando los metaversos como un terreno óptimo para el desarrollo de experiencias multisensoriales destinadas a sus comunidades y para captar nuevos usuarios, implementando campañas y estrategias donde lo que importa en especial es el poder del storytelling dentro de la digitalidad, esto acompañado de un onboarding sobre cómo usar estas herramientas y cómo “vivir” dentro de estos sitios web o aplicaciones.
Las marcas siempre nos han contado historias maravillosas que les permiten crear conexiones emocionales con cada uno de nosotros; siguen patrones y arquetipos que por siglos han funcionado, y ahora estas historias se siguen contando mientras añaden factores virtuales o, en otras palabras, nos hiperconectamos por medio de internet usando diferentes aparatos y dispositivos electrónicos para descubrir ciberespacios en comunidades virtuales, donde lo que nos unen son las historias.
Un ejemplo es el caso de la colaboración entre Rojkind Arquitectos con la marca de José Cuervo en 2022, reconocido en 2005 por Architectural Record como uno de los 10 despachos más vanguardistas. El proyecto consistió en crear una destilería virtual llamada “Metadestilería” en la plataforma de Decentraland, inspirada en las raíces del agave, por lo que es un ejercicio de diseño que busca responder: ¿qué función tienen los objetos en relación a las necesidades humanas?, ¿qué función tiene una destilería? ¿cómo funcionan?
En esta activación el estudio buscó que el edificio fuera el eje central para crear lazos entre las personas, formando una metacomunidad con gustos tequileros. La narrativa del lugar se basaba en el “Reto Cuervo”, que consistía en terminar un listado de actividades para desbloquear un nivel en el que el participante debía crear su primer coctel en el metaverso. Además, los visitantes podían ir a la sección de “Piña Pool Party”, donde era posible jugar voleibol para explotar burbujas de fermentación de las frutas que se usan en la elaboración del tequila; también los jugadores cruzaban un laberinto de barriles mientras recolectaban gotas de tequila para permitir el proceso de añejamiento en el barril de madera de roble blanco americano; los usuarios continuaban avanzando a través de un portal de filtro de cristal para transformar el producto; y, finalmente, todas las personas que terminaban el reto se juntaban en la sección “The Familiar Bar” para experimentar un momento de networking con sus respectivos cócteles únicos.
Este evento llamó nuestra atención por haber convertido un producto como el tequila en un caso innovador y estimulante para los usuarios al momento de caminar con sus respectivos avatares por la plaza de Decentraland con una bebida en sus manos. ¿Qué impacto tiene esto en nuestras vidas? Tal vez no mucho; tal vez más de lo que imaginamos. Pero ¿te imaginaste “beber” alcohol antes de manera digital? La estructura total del recinto estuvo inspirada en el agave y su historia, un género de planta que nace en regiones áridas encontradas principalmente en el norte de México, cuyo origen se estima hace 12 millones de años.
El edificio tiende a una forma de sostenerse por sí misma, imposible en el plano físico, mediante vigas flotantes con figuras orgánicas que asemejan una nave giratoria, como si fuese un movie still con tintes futuristas que mezclan edificios con zonas verdes de fondo, en un entorno sereno de 12 mil metros cuadrados virtuales.
Del mismo modo, se podría mencionar que el edificio tiene un vínculo estético con la Escuela de Vancouver de los años 80, un movimiento artístico que se caracterizó por sus proyectos de gran formato y sus detalles estilizados, que mostraban momentos cotidianos y buscaban captar un instante totalmente planeado, lo que la convirtió en una corriente considerada como conceptual o postconceptual.
El metaverso proporciona un lienzo virtual donde podemos dar vida a experiencias que van más allá de los límites de lo físico. La clave es la creatividad, en la capacidad del storytelling para atraer el interés de las personas.
La esencia del metaverso es la interactividad en tiempo real por medio de avatares y su socialización. Las marcas pueden aprovechar esto para interactuar de manera más directa con su audiencia de maneras que antes eran impensables. Desde sesiones de preguntas y respuestas hasta juegos interactivos, las activaciones en el metaverso permiten una mayor participación de personas sin importar el idioma o la región, y también generar una conexión más amplia con las comunidades. En un mundo cada vez más digital, el metaverso se presenta como el escenario donde las marcas pueden escribir el próximo capítulo de sus narrativas.
Este caso es un ejemplo de cómo la arquitectura es posible y necesaria en las plataformas llamadas metaversos para darle vida a las ideas y, sobre todo, habitar espacios inimaginables físicamente. Crear lo no creado. Crear lo no habitable por nosotros, pero sí por nuestros avatares.
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