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Columnas

Un acto de clase. El pabellón de Radic en Londres

Un acto de clase. El pabellón de Radic en Londres

6 julio, 2014
por Pablo Lazo

Offenbach-2014Radic-Pavilion_MG_7209 copiaSerpentine Gallery Pavilion 2014 | Designed by Smiljan Radić | Photograph © 2014 John Offenbach

Este año, el pabellón de la Serpentine Gallery optó con brutal honestidad por asignar el proyecto a un arquitecto de poco renombre internacional quizá buscando la misma ‘sorpresa’ que género el diseño de Sou Fujimoto el año pasado.

A quien escribe esto, después de más de una década de dar seguimiento directo a los proyectos, sorprende que es la primera vez que uno encuentra abiertamente, una propuesta que hace referencia a un icono conceptual de la arquitectura del pasado, en este caso, del movimiento organicista de los 60’s.  La similitud del diseño de Radic con aquel proyecto –nunca construido– de la Endless house de Frederick John Kiesler (1966) es una obviedad –y no debemos pensar que se trata de una simple copia. Todo lo contrario, el pabellón evoca directamente el concepto del arquitecto austriaco-estadounidense del siglo pasado pero lo lleva a la realidad apelando a la tecnología constructiva contemporánea y a un honesto gesto –espero– de construir sobre la idea original.

Además,  la idea arquitectónica de Radic –y una constante en toda su obra– se basa en aquella famosa frase del Henry Focillon “la piedra es la manifestación última de la forma” –o la última forma es aquella en donde se convierte en espacio y deja de ser objeto.  El pabellón se presenta –sin segundas intenciones– como  una serie de piedras que soportan a otra gran piedra donde se genera el programa temporal requerido por la galería. Así, el diseño de Radic no solo evoluciona aquella malla de la maqueta de Kiesler sino que entiende que hoy en día, la arquitectura fluctúa entre objetos y espacios que fluyen (si me permiten la ligereza de la expresión).

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El diseño de Radic, desarrollado por la firma AECOM, deja que desear en cuanto a su manufactura –casi todos los proyectos de años anteriores padecen de lo mismo– quizá por lo apretado del programa para desarrollarse cada año. Sin embargo, este último, revela de forma impecable el potencial de un material que comenzará a ser utilizado en los próximos años: el vidrio plástico reforzado como elemento de fachada que crea una sensación de interior sin poseer propiedades térmicas. Además, por un efecto lumínico desde el interior, esta capa color ámbar, da la impresión de que la piedra de Radic, posea una ligereza –recordándonos el globo de Koolhaas del 2006, y evidencia una calidad casi-artesanal en toda la estructura del pabellón.

Para el visitante, a simple vista, este objeto flota a pesar de su insinuada solidez. Las piedras en que se apoya fingen demencia estructural al revelar unas esbeltas columnas de acero saliendo de su parte superior y sólo cumplen con el truco, al desviar la vista hacia las piedras “tiradas” a los costados del jardín de la galería. Todo esto en conjunto, hacen aún más difícil trazar el vínculo con el diseño de Kiesler –y al mismo tiempo formalmente son más semejantes.

Hace más de medio siglo, la arquitectura estaba atrapada en los formalismos del movimiento brutalista y, los diseños de Kiesler, proponían una exploración inspirada en formas orgánicas en donde espacio abierto y cerrado intentaban fusionarse. Toda esta exploración formal, está –y no está– presente en el diseño de Radic.

La obra de Kiesler ha sido estudiada y copiada por gente como UNStudio, Asymptote, OMA, por solo nombrar algunos arquitectos que han hecho suyas las ideas de Kiesler. Su obra además, ha inspirado la creación de varios escenarios teatrales realmente espectaculares. Su obra siempre exploró la manifestación de la forma en ‘tensión’, como si hubiese algo entre los vacíos -dejados sin materia, como finalmente lo podemos experimentar en el interior del pabellón, pues Kiesler no logro construir ninguno de sus proyectos.

De igual forma que se cita a Pierre Menard como autor de la mejor copia del Quijote –a su vez, total invención de Borges– el diseño de Radic será elogiado como uno de los más radicales que ha caído sobre Hyde Park, sobre el cual el arquitecto chileno plantea una exploración de la forma abstracta –constante en su obra– pero que en este proyecto da un gran salto al explorar el espacio público mismo como un objeto. Aun así, también habrá quienes descubren que las ideas de Kiesler están presentes y que esto demuestra que se ha realizado una copia de gran clase. 

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