30 marzo, 2023
por Dinorah Schulte y Edurne Morales
Este texto fue publicado originalmente en Coolhuntermx
Fotografías: Arturo Arrieta y Enrique Aguilar
LAS POSIBILIDADES DE NUEVOS MATERIALES CON EL HUEVO COMO MATERIA PRIMA
Un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo; lo que equivale aproximadamente 1,300 millones de toneladas al año. Se estima que el 17% del total de alimentos disponibles para los consumidores en 2019, terminaron en los basureros de hogares y otros servicios alimentarios. Esto según una nueva investigación de la ONU realizada como parte de los esfuerzos mundiales para reducir el desperdicio alimenticio a la mitad para 2030. El peso equivale aproximadamente a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados, suficiente para dar siete vueltas a la Tierra (1).
México es un país con hambre que desperdicia toneladas de comida. El total del desperdicio en México, un país con 53.4 millones de personas en pobreza, alcanza las 20.4 millones de toneladas anuales. (El 37.98 por ciento de lo que se produce en el país) (2). También México, es considerado el principal consumidor de huevos frescos a nivel mundial; el consumo per cápita es 28.0 Kg por año, considerado el cuarto mayor productor de huevo a nivel mundial. Y es responsable de 1/27 huevos producidos en el mundo (Sader).
Tendemos a pensar en la cerámica como una industria respetuosa con el medio ambiente y un pasatiempo querido para muchos de nosotros. Pero, ¿es real esta afirmación? Robert Harrison en su libro Sustainable Ceramics menciona (3):
La cerámica con todas sus necesidades de fabricación, materiales, cocción, combustibles y espacio de trabajo ciertamente no es un entorno limpio/verde.
Las emisiones de gases, la gestión de residuos, el transporte y el consumo de energía son solo algunas de las características que hacen de este proceso uno que puede impactar negativamente en nuestro medio ambiente.
The Egghell Project / Un proyecto de huevo es un proyecto de investigación de Manufactura, que busca aprovechar y transformar nuestros residuos para convertirlos en un material edificable. Y así abrir una nueva posibilidad de crear nuestro modo de vida de forma responsable con el medio ambiente. En este proyecto creamos una biocerámica a partir de cáscara de huevo y la combinamos con agregados sustentables, dando como resultado una nueva materialidad que busca reducir el desperdicio de alimentos y generar nuevas oportunidades.
Decidimos reevaluar las potencialidades de la cerámica, manteniendo la conexión entre la materialidad y la naturaleza, amplio acceso a materias primas, libertad geométrica y resistencia. Pero reduciendo algunos de los rasgos dañinos mediante el uso de un producto de desecho liviano de origen local que se encuentra en gran medida: el huevo; junto con bioaglutinantes que permiten que la mezcla se solidifique sin necesidad de cocción.
Nuestro proceso se basa en la impresión 3D con un brazo robótico KUKA KR-150, un extrusor y un proceso de fabricación aditiva, que nos permite dar forma a nuestros bloques con diferentes geometrías para proyectarlos en distintas aplicaciones arquitectónicas. También permite el uso eficiente del material (menos desperdicio), libertad geométrica, precisión y repetibilidad, proyectándose en diferentes aplicaciones arquitectónicas.
En esta investigación hemos realizado dos aplicaciones: Un muro (Eggshell Bricks, presentado en la colección de INÉDITO por Design Week México 2022). Hecho de un total de 105 bloques diferentes que se van ensamblando con base a su geometría; y una columna (Eggshell Column, presentado en la colección de DISEÑO EMERGENTE por ZONA MACO 2023). Está hecho de 26 piezas que se abrazan y van creando estabilidad a través de su forma.
Cada ladrillo está hecho de forma 100% sustentable y circular ya que la materia prima se obtuvo a través de la recolección y donación de los desperdicios de más de dos meses de producción del varios restaurantes de la Ciudad de México como Rosetta, Rosetta Panadería, LARDO y Rancho Rio Blanco.
Los alcances de la biocerámica
Desde la perspectiva cultural, este proyecto enmarca un nuevo material que no existe en el mercado actual, lo que genera un valor agregado como material de construcción, ya que no se puede encontrar ni producir de otra forma. La tecnología nos permite la innovación de los mercados actuales en materia de construcción, que eso económicamente y culturalmente tiene un peso muy grande en la sociedad porque nos abre nuevas posibilidades de construcción y materialidad en nuestra hábitat, generando un sistema circular desde donde se obtiene hasta su uso, al darle una nueva vida a nuestros residuos.
Este proyecto se logró gracias al diseño computacional y las oportunidades de la fabricación digital, la tecnología y la innovación de materiales para transformar nuestros desechos. Es entonces que se cuestiona nuestro método de fabricación creando ciclos de vida circulares. Se generaron nuevas fuentes de empleo desde el reciclado e higienizas, hasta su fabricación con impresión 3D robótica y su colocación en sitio. Es por ello que se tuvo que buscar nuevo talento para producir este material y producto en serie. Por ello se abrieron nuevas oportunidades en la construcción de futuros espacios arquitectónicos.
CRÉDITOS:
INVESTIGACIÓN DEL MATERIAL: Montserrat Ayala
DISEÑADORA INVITADA: Maria Pia Assaf
COLABORADORES: Santiago Rangel, Aleida Rahel Merkel y Natalia Juan
DONACIONES DE MATERIAL: Rosetta Panaderia, Restaurant Rosetta, Rancho Rio Blanco, LARDO y BOU
REFERENCIAS: