Los dibujos de Paul Rudolph
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11 abril, 2016
por Miquel Adrià | Twitter: miqadria | Instagram: miqadria
Esta 38ª edición de los Premios Pritzker nos tomó por sorpresa. El chileno Alejandro Aravena es el galardonado más joven de la historia con tan solo 49 años y hasta la pasada edición fue jurado del nobel de la arquitectura que le acaban de otorgar (Shigeru Ban, premio Pritzker 2014 también fue jurado anteriormente del 2006 al 2009). Con este galardón se premia a un arquitecto que lidera una nueva generación con visión holística, que atiende la arquitectura y su medio desde la responsabilidad social, el diseño de la vivienda colectiva y la ciudad.
Nacido en 1967 inició su carrera en 1994. Llevó a cabo algunos edificios en la Universidad Católica de Chile, su alma Mater: la Escuela de Matemáticas (1998), la Escuela de Medicina (2001), la ampliación de la Escuela de Arquitectura (2004), las Torres Siamesas (2005) y más recientemente el Cetro de Innovación Anacleto Angelini (2014), publicada en la Revista Arquine 72 | Marcos para la cultura. En cada edificio, la presencia del usuario es determinante, así como la elección del material específico que le da carácter. En el mencionado Centro de Innovación Angelini, por ejemplo, se trata de una arcaizante y sólida masa con perforaciones a escala urbana y un luminoso atrio central al que se vuelcan todos los espacios. De este modo el consumo energético es mínimo. Una forma casi icónica y contundente que concibe en su interior muchos espacios intersticiales como lugares de encuentro.
Alejandro Aravena ha vendido produciendo una arquitectura de excelencia desde su oficina, tanto en Chile donde vive y trabaja, como en los Estados Unidos o China, con proyectos que van desde la escala doméstica hasta edificios institucionales con la misma frescura y habilidad con que aborda los proyectos sin ideas preconcebidas ni formas predeterminadas. Aravena entiende de materiales y de construcción sin olvidar el poder poético que puede tener la arquitectura para comunicar valores.
ELEMENTAL, 2015, Santiago, Chile. Foto por ELEMENTAL
Pero, quizá, lo más destacable de su obra tenga que ver con la vivienda social. Desde 2,000 fundó ELEMENTAL para abordar los aspectos sociales que resuelvan la demanda de vivienda económica sin perder la calidad arquitectónica. Su empresa Do Tank (en oposición al manoseado Think Tank) ha construido más de 2,500 viviendas partiendo de soluciones imaginativas y flexibles para vivienda social de bajo costo. El equipo de ELEMENTAL participa en cada etapa del proceso involucrando a los políticos y abogados, desarrolladores y constructores, compradores y usuarios, para obtener los mejores resultados en beneficio de los habitantes y de la sociedad. Comprender a los usuarios y sus aspiraciones desde su participación activa en el proceso de toma de decisiones así como propiciar el buen diseño, constituyen los elementos básicos para mejorar la calidad de los conjuntos habitacionales. A su vez, ELEMENTAL incorpora el factor tiempo, como enseñanza extraída de la lógica de la informalidad, considerando la construcción como un proceso que puede ser completado a lo largo del tiempo por los usuarios una vez que los elementos estructurales y las áreas de servicio están construidas.
ELEMENTAL, 2013, Santiago, Chile. Foto por ELEMENTAL
Alejandro Aravena representa y condensa todas las virtudes del arquitecto contemporáneo comprometido tanto socialmente como con el diseño de calidad, que se refleja desde sus escritos, su activismo y sus proyectos. Este modelo de arquitecto, transforma al profesional liberal del siglo pasado en un activista que busca soluciones colectivas reales para transformar la sociedad. Y en buena medida, las nuevas generaciones que están tratando de ver los rumbos del futuro de la arquitectura pueden ver en este modelo de arquitecto un camino que les permita crear sus propias oportunidades.
El jurado conformado por Lord Palumbo (presidente por última ocasión después de 11 años), el juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos Stephen Breyer, la curadora y editora alemana Kristin Feireiss, el empresario indio Ratan Tata, y los arquitectos Yung Ho Chang de Beijing, Glenn Murcutt de Sydney, Richard Rogers de Londres y Benedetta Tagliabue de Barcelona, destacó la combinación de inteligencia, pasión y compromiso de Alejandro Aravena. Con este galardonado se fortalece un modelo híbrido –entre diseñador y activista– que él mismo promueve desde la Bienal de Arquitectura de Venecia que dirige este año, a la vez que orienta la mirada hacía las arquitecturas emergentes latinoamericanas que, lejos de virtuosismos formales o laberínticas investigaciones, se enfocan a construir arquitectura de calidad con compromiso social.
¡Felicidades Alejandro!
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