El proyecto consistió en crear un nuevo edificio para el Hans Christian Andersen Museum, además del jardín y centro cultural, todo en el corazón de la ciudad donde nació Andersen. El sitio está ubicado entre la zona residencial, donde hay pequeñas casas medievales de madera, y el área urbana de nuevo desarrollo en Odense.
Las historias que se cuentan aquí no solo están en forma escrita, sino que se deben experimentar y sentir a través del cuerpo mediante los espacios del museo y del jardín. Hay mensajes profundos en los escritos de Hans Christian Andersen que reflejan la vida del autor y su recorrido en el tiempo. La obra de Andersen proyecta la dualidad de los contrarios que nos envuelve: real e imaginario, natural y hecho por el hombre, humano y animal, claro y oscuro. Por esto, lo contrario de las materias conviven: el proyecto no se da en blanco y negro. Nuestro diseño arquitectónico es reflejar esta esencia de su trabajo en forma arquitectónica y paisajística.
Los espacios del museo están compuestos por una serie de formas circulares que son tangentes entre sí. Están organizados de manera no jerárquica. La pared verde, de curva continua, se expande y traza la estructura del espacio subterráneo, definiendo el jardín y los caminos por encima del suelo. Serpentea, entra y sale, por encima y por debajo del suelo de todo el sitio. En la secuencia de espacios entrelazados, los visitantes se encontrarán entre el exterior y el interior a medida que la pared verde aparece y desaparece. Él recorrido del museo sería la narrativa, los elementos de su obra; dualidad del opuesto, disuelve el límite, por lo que se lee a través de la ambigüedad y de la composición espacial.
Los espacios expositivos se planificaron bajo tierra. El encantador jardín sobre el suelo se compone de una curva de seto, la cual traza los espacios expositivos bajo tierra. Los caminos serpenteantes del jardín son para experimentarse como la extensión del museo. Aquí, la forma arquitectónica construida se ve disminuida. Los visitantes son conducidos hacia el “laberinto” como espacio creado por árboles y hojas. El mundo subterráneo está conectado con el jardín de arriba a través de una serie de jardines hundidos que parecen un “agujero” en el suelo, “portal” de un cuento de hadas. El paisajimos, donde se fusionan elementos de la naturaleza con elementos arquitectónicos, es lo que haría única la experiencia.
La finalización del edificio es el comienzo de la vida del jardín. Está diseñado para crecer con el tiempo y echar raíces. En los próximos años, el jardín madurará, ofrecerá a los visitantes y a la comunidad el sentido de la naturaleza y de la estaciones, mediante el cambio de colores, el olor, la densidad, la transparencia y el paisaje en su crecimiento.
El Museo Hans Christian Andersen desempeñará un papel central en el nuevo paisaje urbano de la ciudad de Odense. El plan de desarrollo es cerrar una de las vías arteriales y volver a conectar dos partes de la ciudad; se unen lo nuevo y lo viejo que, actualmente, se encuentran separados. El jardín del museo pretende ofrecer un nuevo espacio público de calidad, dando vida a esta zona “intermedia”. Una parte de la ciudad, donde se encuentra la casa natal del escritor, sigue siendo la ciudad medieval con un paisaje urbano con calles pequeñas y serpenteantes, lo contrario del desarrollo urbano moderno con amplias avenidas y carriles rápidos rectos. El camino serpenteante y el jardín de setos funcionan para traer de vuelta la calidad de la escala humana para hacer un vínculo suave con el casco urbano de la ciudad.
Durante la construcción del edificio, nos pusieron en una situación única: la pandemia. Se nos impusieron a todos desafíos inesperados en la realización del trabajo como la secuencia, la planificación, el abastecimiento, etc. La realidad y la norma a la estábamos acostumbrados en las actividades diarias fueron cuestionados por causas que eran intangibles e incomprensibles. Se sintió como si estuviéramos experimentando el mundo de los cuentos de hadas de Andersen, volando sobre lo invisible o aprendiendo a adaptarse: hacer frente a lo desconocido. Sus historias nos hablan todavía hoy.