Un refugio es un lugar que puedes hacer tuyo; da un sentido de libertad y resguardo. Los jardines están hechos para eso y a lo largo de la historia se han construido miles de refugios en bosques con las maderas encontradas en el sitio. Este refugio recicla los materiales utilizados en el Refugio creado para el primer FYJA en 2017 y propone una nueva forma de apropiación. Este año el Refugio cambia de lugar para llevarnos a conocer los lugares menos utilizados del Bosque de Chapultepec, y cambia también de forma para generar nuevas alternativas de uso, descanso, contemplación y juego.
El espacio central enmarca el cielo y los árboles, y extiende sus brazos para que los visitantes puedan subir, sentarse o escalar en una especie de cueva abierta. Creemos que en la actualidad un refugio debe expresar usos individuales dentro de entornos colectivos y participativos, por lo que la pieza destaca su forma abierta: se accede desde distintos puntos y se diseñó para promover un nuevo diálogo entre el bosque y las personas, entre el lugar íntimo y el espacio público. La pieza genera un nuevo movimiento y abre perspectivas en un lugar del Jardín Botánico de Chapultepec que comúnmente pasa desapercibido.