Ubicado en la prefectura autónoma de Qiannan, provincia de Guizhou, el Centro Cultural Shui se ha convertido en un símbolo de la cultura Shui. La nacionalidad Shui es uno de los grupos étnicos minoritarios más antiguos de China. A pesar de ser pequeño en número, el pueblo Shui aún conserva su propio idioma, junto con su sistema único de pictografías. El objetivo de los arquitectos es traducir los antiguos rituales de la ciudadanía Shui en el diseño, mediante el uso de techos superpuestos, bronce y altares para recrear una atmósfera sagrada.
El sitio, que cubre un área de 13,800 metros cuadrados, fue creado por un recodo en el río, por lo que está rodeado de agua por tres lados. En el otro lado, el lado Oeste, una plaza de agua da la bienvenida a los visitantes guiándolos hasta la entrada. Shui significa agua, por lo que este elemento es tan relevante tanto para el sitio como para el proyecto.
Al norte del paisaje acuático se encuentra la torre Yulong, cuya parte superior es un tambor de bronce. El tambor es un elemento ritual en la cultura Shui e inspiró a los arquitectos a utilizar placas de bronce perforadas para cubrir el edificio. Debido a la acidez presente en la calidad del aire local, las placas de bronce se someten fácilmente a cambios de color y corrosión. Dado que la textura particular del bronce tiene un significado especial en este proyecto, los arquitectos utilizaron 12 procesos combinados para superar los problemas de corrosión y hacer que el edificio brille bajo el sol durante más tiempo. El patrón hace que las placas sean más livianas, una piel delgada que crea un contraste con la pesada estructura de concreto, rompiendo la luz del sol para crear un efecto dramático en su interior. No sólo tiene un valor estético, sino que la alta tasa de perforación también ayuda a prevenir defectos tecnológicos en la textura general de la superficie.
El hormigón está marcado fuertemente por un patrón de madera hecho con los alcázares de pino. La madera de pino es uno de los materiales locales más comunes y la estructura de hormigón contemporánea hace eco de la arquitectura de madera tradicional local. Debido a la falta de recursos y experiencia local en arquitectura de concreto, los arquitectos establecieron una matriz completa basada en el proceso de producción de concreto, reduciendo la dificultad en la construcción de grandes áreas de concreto aparente.
El edificio en sí consta de tres franjas principales, que combinan todas las funciones de este centro turístico y cultural. La primera es la sala ritual, que con sus bordes afilados, colores fuertes y espacio estrecho tiene como objetivo crear una primera impresión fuerte en los visitantes. La segunda franja aún conserva el techo afilado, pero recibe a los visitantes con tonos menos dramáticos y sirve para exposiciones culturales y sala de recepción. En la tercera franja, la cual tiene tres plantas, perdemos el techo inclinado para encontrar un espacio más convencional que incluye todas las funciones principales: centro de visitantes y servicios, cafetería, aseos, centro de negocios y una zona de oficinas en la planta superior. En el tercer piso se muestra una pequeña colección de libros de los Shui.