Notas sobre la silla blanca de plástico
La silla monobloque es un recordatorio de que el mundo sigue lleno de lo local, lo único, lo particular. La [...]
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¡Felices fiestas!
por APRDELESP, Fabien Cappello y Xavier Nueno Guitart
1. No es posible determinar dónde termina el árbol y dónde comienza la casa de Winnie the Pooh. [1] Tanto podría ser que la casa se hubiera construido aprovechando la estructura del árbol (modelo cabaña primitiva) como que el árbol hubiera crecido sobre la casa (modelo y crecerá la hierba sobre vuestras ciudades). En ese sentido es una tipología que reúne al mismo tiempo lo primitivo y lo postapocalíptico.
2.Winnipeg. Se dice que, en la novela que publicó en 1958, Ian Fleming dio el nombre de Goldfinger al enemigo de su héroe, James Bond, en homenaje a su excéntrico y temperamental vecino de Hampstead Heath: el arquitecto Ernö Goldfinger. Goldfinger, quien más tarde se haría famoso por diseñar la Torre Trellick, construyó en 1939 una casa modernista para él y su familia en Willow Road, una calle victoriana silenciosa enfrente del parque de Hampstead. Para llevar a cabo este proyecto, Goldfinger derribó algunas cabañas —los tradicionales cottages— que ocupaban el terreno. En esa época y en ese barrio conservadores, su gesto moderno no fue bien recibido y muchos de los vecinos, incluyendo a Ian Fleming, se opusieron ferozmente a su construcción. Goldfinger tenía la reputación de ser una persona irritable y con mal carácter, y tal vez por eso su epónimo de ficción sea mucho más conocido que las progresistas visiones sociales de los proyectos de vivienda pública del arquitecto malhumorado. Desde que escuchamos esta historia, nos fascina la hipótesis sobre el origen de este villano de Bond.
A. A. Milne, autor de Winnie-the-Pooh (1926), nació en Hampstead en 1882. Aunque se desconoce la dirección precisa de su familia, sí se sabe que su escuela estaba a unos escasos cientos de metros de Willow Road en Mortimer Crescent. No se conoce ninguna explicación satisfactoria para el misterio de por qué hay un letrero con el nombre “Sanders” sobre la entrada de la casa de Winnie the Pooh, pero podría ser un guiño a Frank Sanders, un amigo de E. H. Shepard, el ilustrador que creó los dibujos para el libro de A. A. Milne. Shepard también vivía en Hampstead Heath, y es él quien diseñó los interiores de la casa de Winnie. El interior vacío de la casa de Pooh está hecho de un solo elemento: montones de potes de miel, aunque uno también puede encontrar algunas piezas de mobiliario rústico. Tal vez la pieza más icónica sea un taburete de ordeño de tres patas —una forma utilitaria que puede encontrarse en numerosas culturas—. Este tipo de taburete de construcción sencilla fue el punto de partida del modelo Stool 60, de Alvar Aalto, que aparece en los interiores de la casa de Ernö Goldfinger en Willow Road.
El nombre de Winnie viene de las visitas que hacían A. A. Milne y su hijo más pequeño, Edward, al zoológico de Londres, donde un oso pardo canadiense estuvo cautivo durante la Primera Guerra Mundial. El oso pardo se llamaba Winnie por la capital de la provincia Canadiense de Manitoba, Winnipeg, de donde se dice que procedía. El zoológico de Londres fue un lugar de experimentación arquitectónica durante los años 30. Parece más aceptable, entonces, que se trate de aplicar modelos de la arquitectura moderna para crear paisajes imaginarios y recintos para animales. El ejemplo más conocido es la piscina de los pingüinos diseñada por Berthold Lubetkin en 1934, en el que se representa un paisaje ártico con un ambiente libre con piscinas y rampas de concreto blanco.
Winnie the Pooh no vive en una casa moderna como los animales de carne y hueso del zoológico de Londres. El paisaje y la casa donde Winnie y sus amigos animales viven está inspirado en el Bosque de los Quinientos Acres que forma parte del Bosque de Ashdown, en East Sussex, Inglaterra. Pero se cree que Shepard copiaba árboles de Hampstead Heath para complementar sus notas sobre la vegetación, topografía y paisaje de El Bosque de los Quinientos Acres. En 2007, el cantante estrella George Michael afirmó que estaba cancaneando (cruising) en busca de sexo en Hampstead Heath, y que eso no suponía ningún problema en su relación con Kenny, su pareja. Fue arrestado en 2006 por tener sexo en público con un conductor de furgoneta llamado Frank, y en 2008 en un lavabo público del mismo parque por posesión de cannabis. La novela de espías de Ian Fleming, conocida alrededor del mundo, es una versión altamente romantizada de la vida y aventuras de un espía verdadero llamado William Stephenson. William Stephenson nació en 1897 en Winnipeg, Canada.
3. Agorafobia. A diferencia de la mayoría de dibujos animados, las aventuras de Winnie the Pooh casi siempre suceden al interior de las casas de los personajes y en los trayectos entre estas. No porque los objetos estén animados —los muebles y la decoración interior son perturbadoramente corrientes para un universo de animales antropomórficos—, sino porque la aventura reside en la épica de la comodidad. Un ejemplo clásico es el episodio en el que el oso irrumpe en la madriguera del conejo para atiborrarse de su miel. Cuando ha terminado con las subsistencias del conejo, Pooh trata de salir por el mismo agujero por el que entró y queda atascado. Conejo aprovecha entonces para convertir la entrada obstruida de su casa en una pieza decorativa (pintando una cara y poniendo unos cuernos de alce y un marco alrededor del trasero de Pooh) y funcional (colocando una repisa con un candelabro, un mantel, unos frascos y una pipa debajo del trasero de Pooh). Atrapado entre el interior y el exterior de la madriguera, el episodio parodia el deseo aventurero —la aventura tiene lugar en la imposibilidad de salir afuera—.
4.La imaginación. Igual que en cualquier otra ilustración, película animada o videojuego, al no ser un espacio físico, la casa de Winnie the Pooh se puede transformar (crecer, encogerse, cambiar de forma, etc.) para ajustarse a los encuadres que mejor funcionen para cada narrativa. Si trasladamos esta estrategia a los procesos de diseño, seguramente podremos imaginar [2] nuevas espacialidades. Al usar medios que los arquitectos no solemos utilizar (ilustración, animación, cine, video, videojuego), por ejemplo, las tipologías tradicionales (“una casa”, “un bar”, “una escuela”, etc.) pueden alterarse fácilmente (“una casa dentro de una planta”). La imaginación, como método, le permite a uno retractarse con más facilidad, amplía el potencial expresivo del objeto y es esencial para la creación de nuevos significados.
5. El único personaje de El Bosque de los Cien Acres que no vive en una casa integrada a la naturaleza es Igor, el asno anhedónico y depresivo. Su casa es una cabaña elemental hecha con troncos que carece de cimentación, pero que reposa sobre sí misma. Al no estar integrada a la naturaleza, está constantemente sujeta al accidente: un golpe de viento, una corretiza, incluso un movimiento en falso dentro de su casa pueden hacer que se derrumbe. La insistencia en la fragilidad de la arquitectura autónoma —y el placer que exhiben sus creadores en destruirla una y otra vez— es signo del antimodernismo de Winnie the Pooh, que asocia lo orgánico a lo natural y lo natural a lo seguro (máxima idea del bien en el universo de Pooh). Sin embargo, en una de las versiones de Disney de The House at Pooh’s Corner en la que se escenifica la emancipación del estado primitivo de la arquitectura a través de la construcción de la cabaña de Igor, el asno tiene una frase aparentemente irónica pero que resulta premonitoria y contraria a la lógica antimoderna de los creadores. Después de entrar arrastrándose a su casa, en lo que parece una parodia del mínimo habitacional modernista, el asno mira desde el interior al resto de los personajes y confirma: “It’s the best house yet”.
6. El granero más fotografiado de América. En la escena más comentada de Ruido blanco, la novela de Don DeLillo, el protagonista, un profesor de universidad que parodia el giro postestructuralista americano, visita junto a su escudero “el granero más fotografiado de América”. Angustiado por la idea de que las infinitas reproducciones fotográficas han destruido la posibilidad de ver el granero por sí mismo, el profesor confía en que la crítica le salve de los fantasmas del simulacro: reconocer que no se puede ver el granero es un primer paso para comenzar a verlo. El profesor ve la reproducción fotográfica —la proliferación de representaciones— como el lugar en el que se destruye la realidad. Si el granero de Don DeLillo es el más fotografiado de América, la casa de Winnie the Pooh es la más reproducida. Winnie the Pooh es la tercera franquicia más rentable de Disney, solo después de Mickey Mouse y Star Wars (factura 5.5 mil millones de dólares anuales), y es la única en la que las casas son tan importantes como los personajes. Para el profesor de la novela de DeLillo, Winnie the Pooh (él mismo un simulacro) es una máquina de consumir realidad.
7. Slesinger vs. Disney. Si acaso existiera algo que se parezca al granero original de Ruido blanco en el universo de Winnie the Pooh, sería el primer dibujo del mapa del Bosque de los Cien Acres, que fue subastado en Sotheby’s en julio de 2018 por £430,000 [3], convirtiéndose en la ilustración para un libro por la que más se ha pagado. Por supuesto, los derechos para reproducir la casa de Winnie the Pooh valen mucho más que cualquier dibujo original. Shirley Slesinger peleó legalmente contra Disney durante 18 años y perdió una batalla de 2 mil millones de dólares.[4] La viuda de Stephen Slesinger, [5] un agente literario que en 1930 reconoció el potencial de Pooh y compró los derechos para vender su merchandising, comenzó a explotar la imagen de Winnie a través de ropa, juguetes y muñecos que vendía en tiendas departamentales. El mismo Walt Disney se acercó a Slesinger y la convenció de vender los derechos de Winnie the Pooh para hacer programas de televisión a cambio de regalías. Veinte años más tarde, mientras visitaba Disney World en Florida, Slesinger se dio cuenta que no estaba recibiendo regalías por mucha de la mercancía de Winnie the Pooh que se vendía, y demandó a Disney. Eventualmente, el pleito legal que Slesinger perdió [6] se enredó con una demanda de derechos de autor que presentaban las nietas de A. A. Milne y el ilustrador E. H. Shepard.
8. The House at Pooneil Corners. En uno de los clips que Jean-Luc Godard rodó para su película inacabada sobre la contracultura americana, 1 A.M., se puede ver a los miembros de Jefferson Airplane interpretando la canción “The House at Pooneil Corners” en una azotea de Nueva York. El concierto en la azotea era un producto diseñado para presentar la profecía —que se enteren los vecinos que ha llegado el rock and roll— como espectáculo —los vecinos no se enteraban porque abrieran las ventanas sino porque la televisión producía, registraba y difundía la noticia. Esa dimensión espectacular se traduce en las imágenes rodadas por Godard de dos maneras distintas: la multiplicación de puntos de vista desde los que se graba al público dan la impresión de que cualquier ventana puede esconder una cámara, y la imposibilidad de decidir quiénes de entre los vecinos que se asoman a la ventana o de los paseantes que se detienen en la calle son actores y quiénes espectadores. The House at Pooneil Corners es una canción sobre el apocalipsis nuclear en la que figura una extraña fantasía de Paul Katner, guitarrista de Jefferson Airplane, según la cual el fin del mundo llegaría cuando Winnie the Pooh se fusionara con Fred Neil —cantautor a cuyo nombre le ha sobrevivido su famoso “Everybody’s Talkin”—. Al parecer Katner veía a Pooh y a Neil como dos principios opuestos, yin y yang, el bien absoluto de Pooh y la pulsión de muerte de Neil.
9. ¿De dónde proviene la pulsión crítica que trata de restaurar el sentido oculto de los productos de la cultura de masas? La crítica ve en los dibujos animados, las películas de Hollywood o la publicidad, síntomas de una ideología no formulada, y en su ejercicio trata de mostrarlos por lo que “realmente” son: productos diseñados para satisfacer el deseo del capital. Esa operación crea una jerarquía en la que los productos de la cultura de masas están por debajo del nivel de realidad de la crítica —como si las simulaciones de lo posible no fueran parte de lo real—. ¿De qué es síntoma entonces esta pulsión desmitificadora? O, lo que es lo mismo, ¿cómo podríamos considerar El Bosque de los Cien Acres nada más como el El Bosque de los Cien Acres? Winnie the Pooh es Winnie the Pooh es Winnie the Pooh es Winnie the Pooh.
10. El gobierno chino ha censurado mensajes e imágenes de Winnie the Pooh para evitar sus comparaciones con el presidente Xi Jinping.
Notas:
1. ¿La definición de una planta se basa en cómo alguien decide que esta se relaciona con otros objetos y dónde establece los límites? La casa de Winnie the Pooh podría ser 1) Una casa dentro de un árbol dentro del Bosque de los Cien Acres o 2) El Bosque de los Cien Acres. A menudo se jerarquizan y establecen los límites o relaciones entre objetos debido a su escala o cantidad; por ejemplo, dentro de una casa hay 100 plantas pequeñas o hay una casa dentro de una planta gigante (como sucede con la casa de Winnie the Pooh).
2. “Quiero abordar el tema de una concepción radical de la imaginación, argumentando que debería tener un lugar central en la educación artística. Sin embargo, veo la imaginación como central no sólo para el arte, sino para todos los asuntos educativos, sociales y políticos. El filósofo Paul Ricœur, por ejemplo, declaró que: ‘No es una extravagancia formular el problema del futuro de Europa en términos de imaginación.’” https://www.eliaartschools.org/userfiles/Image/customimages/products/38/Iain_Biggs.pdf
3. Sotheby’s on Twitter: “#AuctionRecord: The original drawing of Winnie …” Se consultó el 9 de agosto, 2018. https://twitter.com/sothebys/status/1016644955987742720
4. The Guardian: “Disney Wins Winnie the Pooh Copyright Case”. Se consultó el 9 de agosto, 2018. https://www.theguardian.com/business/2009/sep/30/winnie-the-pooh-disney-law-suit
5. Se le atribuye a Stephen Slesigner haber agregado el detalle de la camiseta roja a Winnie the Pooh. Probablemente esta decisión no fue por pudor —si acaso, la camiseta acentúa la desnudez de Winnie y el resto de los personajes—, sino para distinguirlo de los otros ositos de peluche, y posiblemente para poderlo registrar.
6. Shirley Slesinger Laswell: “A menudo se le veía en el asiento trasero de un Cadillac manejado por un chofer —placas POOH 1— con un muñeco de Pooh de un metro de altura sentado a su lado con su cinturón de seguridad”. Telegraph. Se consultó el 9 de agosto, 2018. https://www.telegraph.co.uk/news/obi-tuaries/1559378/Shirley-Slesinger-Lasswell.html
Publicado en Arquine 86 Formas domésticas
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