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¡Felices fiestas!
Este proyecto es uno de los 6 finalistas al Mies Crown Hall Americas Prize (MCHAP) 2018:
Situado en la cercanía del monumento a Washington, el museo mantiene un perfil sutil en el paisaje: más de la mitad debajo de la tierra, con cinco pisos por encima. La corona se basa en elementos del monumento a Washington, que coinciden estrechamente con el ángulo de 17 grados de la piedra angular, y el tamaño y patrón del panel se ha desarrollado utilizando las piedras del monumento como referencia.
Todo el edificio está envuelto en una celosía ornamental de aluminio revestido de bronce, que es una referencia histórica de la artesanía afroamericana. La densidad del patrón se puede modular para controlar la cantidad de luz solar y la transparencia hacia el interior. La entrada sur está compuesta por el pórtico y una pieza central de agua. Como una extensión del edificio en el paisaje, el pórtico crea una habitación al aire libre que une la brecha entre el interior y el exterior.
El museo aloja galerías de exhibición, espacios administrativos, espacio teatral y espacio de almacenamiento de la colección. El enfoque de David Adjaye ha sido el de establecer una relación significativa con este sitio único, así como una fuerte resonancia conceptual con la profunda herencia africana de los Estados Unidos. El diseño se basa en tres piedras angulares: la figura y la forma de la “corona” del edificio; la extensión del edificio hacia el paisaje: el pórtico; y la envolvente de filigrana de bronce.
La parte inferior del techo del pórtico está inclinada hacia arriba, lo que permite reflejar el movimiento del agua bajo el mismo. Esta área cubierta crea un microclima donde la brisa se combina con las aguas de enfriamiento para generar un lugar de refugio del cálido sol de verano. También hay un patio al aire libre al que se accede desde el quinto piso del edificio. Dentro, los visitantes son guiados por un viaje histórico y emocional, caracterizado por amplios espacios libres de columnas, una dramática infusión de luz natural y una paleta de materiales diversos que incluyen concreto prefabricado, madera y una piel de vidrio al interior de la celosía de aluminio y bronce.
Bajo tierra, el ambiente es contemplativo y monumental, gracias a la galería de historia de triple altura, simbolizado por el espacio conmemorativo: el “oculus”, que trae la luz difundida por una cascada de agua hacia el espacio contemplativo desde el nivel del monumento.
Moviéndose hacia arriba, las vistas se vuelven fundamentales, a medida que uno circula a lo largo de la corona con panoramas inigualables del Mall, los edificios del Triángulo Federal y el campo del monumento.
Puedes encontrar los proyectos finalistas del MCHAP en nuestro especial del No.85 de la revista Arquine.