10 octubre, 2018
por Arquine
El miércoles 10 de octubre se inauguró Museo Abierto, el Pabellón Tamayo para Design Week México 2018, diseñado por Fernanda Canales. Presentamos aquí el proyecto y las ideas detrás del mismo.
El proyecto consiste en tres patios de tamaños distintos para extender el museo hacia el parque y generar un nuevo punto de encuentro a un costado del Museo Tamayo. La forma del pabellón sigue el flujo natural de recorridos de la zona e introduce una nueva experiencia basada en espacios encadenados que enmarcan los árboles existentes, el cielo y el talud lateral del museo que se convierte en una nueva ágora. La propuesta destaca a los visitantes como parte misma de la exhibición al generar una serie de reflejos en el interior, formados por el juego de espejos y de recorridos entre los patios. Por fuera, el pabellón es una pieza casi rectangular, de color negro, y por dentro el pabellón se abre y se multiplica entre reflejos, sombras, patios y la vegetación existente.
El Museo Abierto comprende un área descubierta de aproximadamente 6 metros de ancho por 25 metros de largo. La idea es intensificar las relaciones entre espacios, personas, paisaje y piezas de exhibición. El pabellón cuenta con dos accesos con el fin de volverse un recorrido a todo a lo largo de la fachada lateral del Museo. La propuesta se plantea como un diálogo en tres partes: con el paisaje; con las personas que visitan el Museo o simplemente las que atraviesan el bosque; y con la historia, en el sentido que establece un diálogo con el edificio de Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky y con referencias al legado artístico de México, por ejemplo, con la obra de Luis Barragán y la capilla abierta de Mathias Goeritz, y con referencias a la obra internacional de Álvaro Siza.
El diálogo que se establece con el edificio de González de León y Zabludovsky se produce a partir de opuestos: el primero se compone a partir de volúmenes, el segundo a partir de planos; el primero se vuelca hacia el interior, el segundo hacia el exterior. Uno es masivo, el otro es ligero; uno grande, el otro pequeño; uno rugoso, el otro liso; uno penetra en la tierra, el otro se abre al cielo; uno manifiesta lo masivo, el otro lo incorpóreo; el primero destaca su presencia y el segundo hace mirar con nuevos ojos el paisaje existente que en este punto pasaba casi desapercibido.