2 febrero, 2017
por Arquine
Menos de una semana después que Santiago Calatrava recibiera la notificación del Cabildo de Tenerife como responsable, junto a lastres empresas que acometieron el proyecto, de los desperfectos aparecidos en su famoso auditorio Adán Martín en esa ciudad —del que él, de acuerdo a información aparecida en el diario La Vanguardia, ya ha anunciado que asumirá los gastos de reparación, estimados en 3 millones de euros—, hoy el valenciano volvía a destacar —aunque con mejores noticias— con la presentación de su último proyecto: el Peninsula Place.
Ubicado en la península de Greenwich, en Londres, junto al O2 Arena de Richard Rogers (antes conocido como Millennium Dome), se presenta como una “mini-ciudad” con tres torres de uso mixto –oficinas, apartamentos, hoteles– organizadas en torno a una cubierta acristalada que protege una enorme “plaza”. Con una superficie de 130.000 metros cuadrados y un costo total de 1.000 millones de libras.
El proyecto se inscribe en un ambicioso plan de la zona, liderado por el promotor chino Heny Cheng Kar-Shun y que cuenta con proyectos de SOM, Marks Barfield, DSDHA, Alison Brooks. El desarrollo propuesto por Calatrava incluye un intercambiador de transportes para autobus y metro, zonas comerciales y un puente peatonal que conectará con el río, todo ello con el objetivo de vincular e integrar el proyecto con la ciudad. Se trata del primer proyecto del arquitecto en el país y que él mismo ha definido como una “síntesis de más de 35 años de carrera”: “Tiene un puente –he construido 50–, un centro de transporte –he construido siete–; y un espacio público, de los cuales he hecho muchos”, apuntó. El diseño se inspira, a su vez, en los trabajos del ingeniero Isambard Kingdom Brunel y en el Crystal Palace de Joseph Paxton.
La recepción del proyecto ya ha generado las primeras dudas. El crítico de The Guardian, Oliver Wainwright, cuestionó, en general, el modelo de ciudad que se está desarrollando, así como, en particular, diversos aspectos del diseño del español, al que definió como un “cliché” que suma varios de sus proyectos; “el tipo de arquitectura hermética basada en el podio, conocida en Hong Kong pero ajena a Londres, elevando a los peatones en el aire en lugar de hacer que las calles funcionen a nivel del suelo.” En cualquier caso, parece una medida de cara a restablecer la perdida de confianza por las inversiones tras el Brexit. Al menos así parece indicarlo el apoyo al proyecto por parte del alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, que lo defendió como una muestra de una ciudad que sigue abierta a la inversión.