La traza del pentapichichi. Encuentro núm. 2: Sánchez vs. Sánchez (y una breve anécdota sobre un ratón)
Todo se lo debo a la Jardín Balbuena (mi manager) y a la Virgen de Guadalupe Parafraseando a Raúl El [...]
28 mayo, 2020
por Erik Carranza L. | Twitter: SA_Anonima | Instagram: SA_Anonima | linktr.ee: Anonima_arquitectura
Una cita sobre el juego
La de Le Corbusier que dice que “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”. ¿Y si el día de hoy, 28 de mayo, sólo definiéramos que “la arquitectura es un juego”? Claro, un juego complejo, serio y profesional, pero al final eso, un juego que uno decide compartir con alguien más, con un amigo, con la ciudad, con sus habitantes, con un colaborador, con un cliente, con un desarrollador, con un gestor, con un funcionario público, con un consultor o con todos juntos. Y cuando todos entienden el juego es cuando aparece esa arquitectura que cita Le Corbusier.
Somos de las pocas profesiones que terminaremos nuestros días jugando con un lápiz en la mano imaginando y haciendo algún croquis, con un montón de colores sobre algún dibujo o plano y con un cúter tratando de moldear una maqueta, llegaremos a esa tercera edad casi como una replica de esa infancia que nos formó jugando y casualmente en esos polos de la vida de una persona, es que nos daremos cuenta una vez mas que la infancia y la vejez no están considerados ni en el pensamiento ni en la planeación urbana de las ciudades.
Una imagen sobre el juego
Para describir el juego desde una perspectiva urbano-arquitectónica me basta ver la foto de Arthur Leipzig, chalk games, de 1950.
En ella retrata una ventana (quizá la suya) y a 12 niños en la calle de Prospect Place, Brooklyn, Nueva York, muy cerca del Bower Park. De los 12 niños, dos están observando la escena recargados en un auto, los otros 10 parece que están jugando algo que conocemos como stop (alto o parada), donde se dibuja un circulo en el piso y se divide en el número de personas que van a jugar, en esa fracción de círculo cada quien escribe el nombre de un país para distinguirse de los demás (no escriben su nombre propio, porque en el juego siempre hay invitados desconocidos que quizá uno nunca vuelva a ver), al mismo tiempo todos ponen su pie derecho sobre el nombre del país que escogieron mientras uno (escogido al azar) dice: “declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es…” suspenso y dice el nombre del país. Todos salen corriendo tratando de separarse lo más que puedan del punto central del circulo y se detienen cuando escuchan que el nombre del país elegido se posiciona en el centro y grita stop y es en ese momento en que todos quedan inmovilizados, lo demás es adivinar la distancia mediante pasos de uno de esos países elegidos.
El juego tiene que ver con distancia, tiempo y movimiento. En la foto puede apreciarse perfectamente quién está inmovilizado al grito de stop y quién esta en movimiento y también puede distinguirse a los ocho participantes del juego (están todos casi a la misma distancia) y a dos observadores esperando su turno.
El juego es una declaración
Pero lo importante de esta foto no está en el juego de stop, está en lo que sucede en la calle, en los dibujos con gis trazados con tiza que parecen un sistema lúdico que gira alrededor del círculo central. La calle parece un gran vacío donde por lo menos tres niños tienen que reposar por un momento sobre esas superficies imaginadas de gis para no precipitarse en él.
Arthur Leipzig, Kalk games, 1951.
Una alegoría sobre el juego
Encontrada por casualidad en la búsqueda de juegos infantiles en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, en la Antigua Estación de Trenes, bajo una cubierta diseñada por Felix Candela, ya abandonada, pero con un gran mural. Una alegoría representada en lo longitudinal, cromática y firmada por Rnbalcara. París 1999 – Tepoztlán 2000.
Mural de la alegoría del juego de RnBalcara
Una alegoría sin título pero que es casi sueño y pesadilla, es diversión y terror, es calma y rápidez, es fantasía y realidad, pero también es referencia (quizá a La Ciudad de José Chávez Morado, los volcanes están invertidos, el Popocatépetl está del lado derecho, el Iztaccíhuatl a la izquierda), es erupción y ensoñación, es juego y es cuento, es un Sargent Peppers Lonely Hearts Club Band pero infantil, es un Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, pictórico. Están representadas varias de sus canciones. Identificamos al negrito sandía, el ratón vaquero, la marcha de las letras, el rey de chocolate con nariz de cacahuate, la muñeca fea, che araña, la patita, el chorrito,….
Al centro también hay un baile, una danza, hay un ritual alrededor de una princesa color blanca que se confronta con una bruja en color negro (con gato incluido en la parte trasera de su escoba), el bien y el mal, el baile parece lidereado por un personaje femenino con mascara de diablo sonriente frente a la orquesta: un león con trompeta, una rana con corneta, un conejo con tambor y un zorro con saxofón. Detrás del león una princesa (sin príncipe azul) manipulada por un par de manos (alguien juega con ella) contemplando a una pareja de enamorados, ella a la izquierda en vestido color rojo y sin zapatillas (una cenicienta urbana), él con zapatos, saco gris y pantalón negro.
En el extremo superior derecho hay una abducción: niños juegan a las coleadas y sobrevuelan sobre un cerro, el del Tepozteco, junto a ellos un ser extraterrestre levanta los brazos cantando victoria, el ratón vaquero maniatado no puede defenderlos y un perro negro ladra, junto a él, la muerte (parece que es el autor), dibujando desde la lejanía (París).
En el extremo opuesto, el inferior izquierdo la muñeca fea (la identificamos por sus articulaciones), está siendo atacada por ratas, ya no tiene su brazo izquierdo (nuevamente la negación de la diestra), Txus y Perry decidieron grafitear sus ojos para que no pudiéramos ver su dolor. Arriba de ella, “che araña, baila con maña, hay que contar tres pasitos arrastradizos pa´adelante y para atrás”. Y sobre ella un diablo con trinchete. La alegoría también es un viaje a la infancia: un sapo, tres patos fantasma, siete gnomos y un cono de helado verde lo confirman.
También está el sol del lado derecho representado por un jaguar, la luna y el cielo lluvioso de la Ciudad de México. No hay estrellas pero estas son sustituidas por globos: rosa, amarillo, azul, verde, morado y rojo. Bajo la luna un árbol con unos enamorados besándose, un búho y el grillo cantor de Chapultepec.
La alegoría del juego también es acción:
Es Dante, Olaf y Laza….explorando el mural
Es Leo te amo con una taza de café
Es Geraldine bien pro
Es Txus y Perry
Es Alex y Rope
Es Memo 2017 tratando de suplir la firma del autor
Es jeju Raquel y KREEW.
Es esa apropiación mediante firmas que no dio tiempo de terminar porque decidieron cerrar la estación.
Antigua estación de trenes del Bosque de Chapultepec, 2nda sección
Hoy, 28 de mayo, día mundial del juego, día 70 de la cuarentena, extraño jugar en el espacio público. Extraño ese juego de recorrer, perderse y descubrir la ciudad. Extraño el juego del desplazamiento y del movimiento. Extraño la acción de caminar, correr, patinar, andar en bici. Extraño la prisa aunque estoy disfrutando también el juego de la pausa. Hoy estoy convencido de que esta ciudad necesita más ludens, macia estudio, exploradores de la ciudad, lúdica, palacios invisibles, chiquitectos… y que quiero más amigos con quién jugar como Sindy, Iván, Mariana, Leticia, Evelin, Jerónimo, Martín, Adriana, Almudena, Aldo, Ariel, Uriel, Rodrigo, Fernando, Constanza, Tomás…, para pensar que “la arquitectura es juego” y que vale la pena seguir intentando jugarla, vivirla.
Super playground, K!D living, León Campestre
Una imagen y una alegoría sobre el juego forman parte de los textos para el proyecto de documentación e investigación paisajes lúdicos de Anónima arquitectura.
Todo se lo debo a la Jardín Balbuena (mi manager) y a la Virgen de Guadalupe Parafraseando a Raúl El [...]
Este viernes 4 de octubre se celebra una vez más la fiesta de San Francisco de Asís en Tepito. Para [...]