La ciudad es el artefacto mas importante que ha llevado a cabo la humanidad. Es el más complejo que existe. La concentración en una urbe no sólo es consecuencia de un sedentarismo creciente sino de un deseo –o una necesidad- colectivo. México pasa de ser un país rural a un país mayoritariamente urbano en un momento que los habitantes del planeta ya se concentran en las ciudades. La arquitectura, como fenómeno cultural, debería dar forma a las ciudades que los ciudadanos activan.

Las exposiciones, los festivales, las bienales de arquitectura sirven para reflexionar e imaginar escenarios. Al sacar la arquitectura de su lugar para mostrarla y discutirla se convierte en un acto de imaginación y, eventualmente, en un laboratorio. Estos eventos sirven para poner en el “restirador” colectivo las experiencias ajenas y las necesidades propias. En buena medida la tarea de la arquitectura publicada y expuesta es aunar ideas con imágenes. Debe sugerir la forma de los deseos y avalar con los ejemplos, que no sólo son posibles sino alcanzables.

La semana pasada reflexionamos en el Arquine Jams No.8 con Renata Becerril, Jose Esparza y Michèle Larue-Charlus sobres sus experiencias recientes en el Abierto Mexicano de Diseño, la Trienal de Arquitectura de Lisboa y la Bienal de arquitectura de Burdeos, respectivamente. Se subrayó la necesidad de generar una cultura de diseño vinculada a la sociedad; de exponer una arquitectura -más allá de los muros y techos- hecha de contenidos, experimentos y experiencias; de generar eventos en múltiples sedes provocando recorridos urbanos que involucren a la ciudad.

Si un congreso reúne, un festival celebra. Con los catorce congresos de Arquine construimos cultura y en el hervidero de un teatro cimentamos aceleradores neuronales que, evolucionando hacia un festival, pretendemos que rebase los límites de la disciplina arquitectónica derramándose en el tablero metropolitano. A su vez la crítica cuestiona y ayuda a la reflexión para orientar los trazos de la arquitectura, más que para erosionar iniciativas con potencial. Para transformar de un modo creativo la ciudad no sólo es necesaria la reflexión y la complicidad de la sociedad sino que también se requiere el compromiso de los que la gestionan. En alianza con el Gobierno de la ciudad de México, Arquine convoca MEXTRÓPOLI, el primer Festival de Arquitectura y Ciudad: un festival que impulse y promueva los valores urbanos, y sea el vínculo entre arquitectos, diseñadores, urbanistas, sociólogos, antropólogos, artistas y políticos con los ciudadanos. Un evento donde podamos ensayar por unos días lo que pudiera ser la metrópolis deseada.

A las alianzas institucionales vinculadas desde la Agencia de Gestión Urbana, se suman los aliados académicos, las escuelas de arquitectura, así como los medios de difusión que harán llegar una experiencia colectiva -concentrada en el centro de la ciudad de México- a todos los ciudadanos.

El Festival de arquitectura y ciudad MEXTRÓPOLI propone cuatro acciones: Concentra a los más destacados actores de la arquitectura internacional y nacional. Activa la reflexión y el intercambio de experiencias por medio de conferencias, presentaciones, exposiciones, mesas de discusión, talleres, rutas a pie y en bicicleta y otros eventos que permitan re-conocer la ciudad. Expone propuestas, experiencias y problemas actuales en torno a temas de ciudad y arquitectura. Y promueve la Ciudad de México como el referente de la cultura arquitectónica del continente americano.

Las conferencias de los más destacados arquitectos, críticos y artistas se complementarán con los diálogos entre gestores urbanos –los exalcaldes de las ciudades que supieron proyectarse y transformarse-, urbanistas y cronistas de la ciudad.

Concentrar en el centro histórico de la metrópolis más poblada del continente que, además siempre se ha asumido como centro, como capital –sea azteca, virreinal o republicana-, es posicionarse como fiel de una balanza entre norte y sur, entre economías desarrolladas y emergentes, entre poblaciones que tratan de sobrevivir en las periferias metropolitanas y una ciudadanía que hace suyo el espacio público. La ciudadanía no debería ser sólo una denominación de origen sino un sentimiento de orgullo. Y MEXTRÓPOLI Festival de arquitectura y ciudad deberá ser el palpitante escenario que detone la transformación y la gestión creativa ciudadana.