Ejes y transiciones: la arquitectura del skateboarding.
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¡Felices fiestas!
1 marzo, 2023
por Erik Carranza L. | Twitter: SA_Anonima | Instagram: SA_Anonima | linktr.ee: Anonima_arquitectura
Una rampa y una lección de construcción de un medio tubo o half pipe durante el evento de Tony Hawk and friends vert jam
“…en este mundo digital, en esta ráfaga de información en la que la gente se agita y se quema tan rápido, ¿cómo te conviertes en el Tony Hawk de esta generación?”
Chris “Cobra” Cole, The Motivation
Otro año, el del 2024, otros juegos olímpicos y quizá otra oportunidad desperdiciada para que los patinadores mexicanos tengan una representación olímpica, el proceso en el 2022 y el de este año 2023 no ha dado los resultados esperados y posiblemente no los de. La diferencia es que ahora si hay una infraestructura importante para que esto suceda, hay presupuesto público por parte del comité olímpico y privado por parte de marcas con patrocinio para participar en diferentes eventos a nivel mundial, hay talento, mucho y hay una serie de skateparks públicos en su mayoría construidos a lo largo de todo el país (hay de todo, buenos, regulares, malos y pésimos) para promover e impulsar la práctica deportiva del skateboarding. Si el pretexto anteriormente era la falta de este tipo de espacios, ¿cuál es el motivo de hoy?, la improvisación en muchos de sus diseños, la construcción, la falta de entendimiento de algunos que un skatepark solo es un conjunto de rampas, escaleras, barandales y concreto lanzado a lo bruto.
La palabra skatepark (antes skatopistas palabra usada por parte de las autoridades previo al conocimiento de la práctica o parques de patinajes en su traducción) se ha convertido en la palabra sustituto de por ejemplo sustentabilidad, resiliencia o arquitectura social en el desarrollo urbano de las ciudades de México (abogando por la inclusión de un grupo de personas que años atrás no eran consideradas), la mayoría por inercia propone como parte de los programas urbano arquitectónicos esta tipología sin entender las dinámicas sociales del lugar y a las comunidades en los espacios, prácticas como el street BMX, el roller skate o los scooters en su modalidad freestyle (que son afines al skateboarding) no son considerados dentro de esos programas, estos pueden ser compatibles pero el combinar las cuatro prácticas espaciales en un solo parque puede ocasionar muchos accidentes, en resumen se necesita impulsar también ese otro tipo de espacios.
La palabra skatepark, la hemos escuchado tanto de autoridades en discursos políticos como un nuevo modelo de gestión del espacio público, a veces con mucho reconocimiento a la práctica espacial, a veces solo como parte de un discurso vacío.
Hoy ha quedado atrás la eterna discusión en el gremio del skateboarding, este, es deporte, es modo o estilo de vida o es solo una práctica espacial añadida a la ciudad, hoy también las infancias quieren practicar skateboarding en lugar de otro deporte. Entonces ¿qué falta para poder tener representantes a nivel mundial como sucede con los y las brasileñas Raysssa Leal, Pamela Bossa, Leticia Bufoni, Pedro Barros, Kelvin Hoefler, Luan Oliveira, Gui Khury, Raicca Ventura, Felipe Mota, Virginia Fortes Águas, Maitê Demantova, etc…..?
Una posible respuesta a estos cuestionamientos puede ser la puesta en escena en la práctica, no solo la de los patinadores también la de los que están atrás de la construcción de estos equipamientos. Dice Pedro Hernández en perfomar arquitectura que: “la práctica del performance, es una disciplina que propone la puesta en escena de una acción donde el cuerpo actúa como herramienta principal para relacionarse con el espacio y el medio que lo rodea, cuestionando, a su vez, la relación entre objeto-sujeto, espectador-artista”; en el deporte el performance se define como el rendimiento óptimo de las capacidades físicas de un practicante, es decir performar es también cuestionar la disciplina y el performance también es la construcción de ese objeto, de esa rampa, de un skatepark.
Llevo muchos años con la imagen del evento donde se presentó Tony Hawk and friends vert jam un jueves 23 de octubre de 2014 en la Arena Ciudad de México de Azcapotzalco (esa arena que negó el rastro de José Villagrán con la demolición parcial de su estructura para convertirla en su estacionamiento), ocho años y cuatro meses hasta escribir este texto el día de hoy donde lo que presenciamos mas allá de ver a uno de los mejores patinadores que ha tenido esta práctica, Anthony Frank Hawk -junto a figuras como Eliot Sloan, Lizzie Armanto, Neal Hendrix, Kevin Staab y Sandro Díaz y la “escena verticalera” de México dirigida por Paco Manzanares “ReSkate” en la conducción del evento, entre los que destacó la participación de Luka Barrena, que a sus doce años pudo compartir un doble en el medio tubo con Tony Hawk- vimos la construcción de una rampa de madera, un half pipe o medio tubo, un performance involuntario por el tiempo en contra por los encargados del montaje que mas que representar un retraso en la ejecución de los trabajos representaron ese proceso de construcción, realizado ante 13,000 espectadores que tuvo que ser aprobado y probado en la marcha por el mismo Tony Hawk que solicitaba ajustes en los empalmes de las hojas de triplay, mejorar el anclaje de la madera en ciertas secciones cóncavas o convexas, ese día vimos a un Tony Hawk performático que entendía los riesgos que podría sufrir su cuerpo si no solicitaba los ajustes a los constructores de la rampa, el cuerpo como herramienta de ajuste, de control y también de cuestionamiento. Una lección de construcción implícita en la acción de patinar un medio tubo, la relación Tony Hawk-half pipe y la de los espectadores-constructores. El desarrollo, la construcción y el montaje de ese half pipe corrió a cargo de Raúl Mendoza con apoyo de la gente de Blackboard Skate (Ricardo Gallardo “Tachi”) entre otros, una lección de construcción aprendida en ese evento que detonó que al día de hoy se dedicaran desde su trinchera a construir skateparks públicos y privados de manera profesional, entendiendo que el material con el que trabajan: madera o concreto fluye para relacionarse con el espacio.
Pero Tony Hawk performa arquitectura también desde su fundación the skatepark project donde se ofrecen recursos gratuitos, orientación, apoyo y subvenciones para ayudar a los patinadores, a cualquier ciudadano, a las autoridades y a los organismos públicos y privados a crear más espacios para patinar.
Tony Hawk no es diseñador o arquitecto pero con el trabajo desde sus presentaciones, demos, eventos profesionales y fundación está cambiando la gestión, el diseño y la construcción del espacio urbano de las ciudades, Tony Hawk performa, disciplina, lecciona y propone la puesta en escena de la práctica espacial del skateboarding en la arquitectura.
Este texto forma parte del proyecto de investigación de “ciudad cuerpo y deporte urbano” del Sistema Nacional de Creadores de Arte en Arquitectura (diseño arquitectónico).
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