El cuento del edificio y la estación anti-DOTS
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¡Felices fiestas!
5 mayo, 2015
por Salvador Herrera Montes
Es ahora común en México escuchar promesas de movilidad sustentable. Peatones, ciclistas, usuarios de transporte público, usuarios de nuevos servicios de transporte individual mediante aplicaciones, aquellos a favor y en contra de la regulación y cobro del estacionamiento en vía pública son todos nuevos grupos sujetos de todo el interés de los políticos en campaña. A ellos se suman los grupos que tradicionalmente han sido abordados en tiempos políticos para aportar o dividir según sea el color del interés: transportistas, operadores, taxistas.
Me resulta sumamente curioso que los políticos de hoy prometen a todos estos grupos lo que cada grupo quiere escuchar: ciclista-ciclovía; peatón-banqueta; taxi-te mantendrás con tu espacio y no dejaré entrar a otros; transportista-tendrás tu ruta (porque tu competencia esta con otro color); vecinos-no tendrán parquímetros, como creen.
El resultado es que las promesas, al carecer de marco lógico que las enlace, se sobreponen unas con otras, anulándose. Más aún, hasta el momento no he escuchado a ningún político mexicano lo que a otros de otras ciudades, desarrolladas y en vías de desarrollo: el auto es a quien tenemos que regular, y es urgente.
Acá dicen, suicidio político en tiempo electoral es decir, no me conviene para ganar, en otros lugares hablan de ecocidio o pérdida de competitividad, y se dirigen al electorado diciendo, no nos conviene cómo sociedad.
Hemos llegado al punto de que en México, hacer más vialidad es “sustentable”. Alguna vez recuerdo una petición de un político sobre cuantas emisiones de carbono reduce un distribuidor vial. Y luego, la segunda pregunta fue, ¿y si hago 10?
A mí me gustaría ver a un candidato haciendo campaña en hora pico. Sin suburban negra con aire acondicionado, chófer y agüita. Simplemente no me ha tocado verlos en el metro Balderas, en Buenavista, cuando se hace filas larguísimas de Metrobús porque un auto bloquea el paso y el policía solo silba. En fin.
Entonces, quizá, siendo positivo, si una les propone una seria de propuestas de ética en movilidad les sean de utilidad al momento de sus discursos y promesas.
Políticos mexicanos, aquí una propuesta. No es del corte que solicitan. No es fácil, ni rápida, ni barata. Es del corte que necesitamos: transformadora, congruente y sustentable.
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