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8 mayo, 2015
por Pedro Hernández Martínez | Twitter: laperiferia | Instagram: laperiferia
Hoy se anunció el proyecto ganador del Premio Mies van der Rohe 2015 que se concedió a la Filarmónica de Szczecin, de Barozzi / Veiga, que se impuso frente al resto nominados: el Museo Marítimo Danés, de BIG – Bjarke Ingels Group; la Bodega Antinori, de Archea Associati; el Centro de estudios Saw Swee Hock en el London School of Economics, de O’Donnell + Tuomey; y el Museo de Arte Ravensburg, de Lederer Ragnarsdóttir Oei.
De acuerdo al jurado el proyecto del estudio español, realizado en colaboración de Studio A4 y resultado de un concurso público, “encuentra una estrategia formal y espacial en una ciudad que busca un futuro mejor ante los rápidos cambios economicos y sociales, que entrega una dignidad a la vida urbana y mejora la identidad histórica y específica de la ciudad con un “monumento” contemporáneo”.
La Filarmónica de Szczecin alberga una sala sinfónica para 1.000 espectadores, una sala para música de cámara para 200 espectadores, un espacio multifuncional para exposiciones y conferencias, y un amplio hall de entrada. En su materialidad, el edificio se percibe como un elemento de luz: la fachada de vidrio, iluminada desde el interior, permite diferentes percepciones. La austeridad exterior y la sencilla composición de los espacios de circulación interior contrastan con la expresividad de la sala principal y la sala de conciertos cubierta de pan de oro.
En tiempos donde muchas bienales y premios internacionales parecen girar, casi como una tendencia, hacia aspectos que tienen que ver respuestas a la crisis como el reciclaje o la participación, los premios Mies siguen, sin embargo, más enfocados en premiar los grandes proyectos, cuyo programa suele estar vinculado hacia el carácter institucional con presupuestos públicos. Lo que expone con claridad el interés de la propia fundación por este tipo de arquitectura, enfocado epecilmente este año a la problemática de laintervención sobre el patrimonio construído.
Así lo confirma el reconocimiento del jurado al estudio barcelonés Arquitectura-G y su Casa Luz -una vivienda unifamiliar situada en la localidad extremeña de Cilleros fruto de una renovación completa de una casa ya existente pero en condiciones muy deterioradas- como Arquitecto Emergente, vaorando el entendimisnto de los arquitectos “las limitaciones constructivas y económicas del proyecto” al crear “una nueva estructura insertada en las medianeras de piedra de una casa de la ciudad existente. Un diálogo directo con el cliente y la estrategia clara para construir el programa en torno a un nuevo patio permitió la construcción simple pero eficaz de esta casa unifamiliar. Los arquitectos utilizan las fachadas de piedra existentes y medianeras de adobe para lograr cualidades espaciales muy altas con materiales de construcción muy baratos.”
El premio Mies van der Rohe 2015, que busca, cada dos años y desde 1988, premiar la mejor obra de arquitectura realizada en Europa y que tiene entre sus premiados a arquitectos como Alvaro Siza, Norman Foster, Nicholas Grimshaw, Zaha Hadid, Rem Koolhaas, David Chipperfield, Peter Zumthor, o Dominique Perrault.
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