15 agosto, 2018
por Arquine
Recientemente la comisión de planificación de San Diego aprobó la ampliación del Museo de Arte Contemporáneo ubicado en el puerto comercial. Con un presupuesto de 55 millones de dólares y previsto para el 2020, la obra daría inicio en poco menos de un año. La noticia a desatado una fuerte oposición ya que este hito arquitectónico, que suma a un edificio de Irving Gill construido en 1915 un área diseñada por Denise Scott Brown y Robert Venturi en 1996, bajo un criterio de atemporalidad, podría ser alterado y destruido en parte por dicha renovación.
El museo celebró recientemente su aniversario número 75 y es reconocido por la colección de obra minimalista de varios artistas mexicanos, en su mayoría de Tijuana. La nueva intervención contempla la demolición absoluta de la contribución de los renombrados arquitectos. Debido a la fuerte acogida que ha tenido este espacio urbano en años previos, la decisión ha desatado una petición pública para salvaguardarlo de la amenaza de su demolición. El plan derribaría gran parte de la fachada y la columnata dramática que irrumpe con el ritmo de la calle y enmarca el patio.
La delimitación dada por la temporalidad y su estilo, que ante los ojos de algunos no debería conservarse, se inscribe en la asignación sistemática de varias obras arquitectónicas que son altamente susceptibles de eliminarse, ya que su valía original se tilda como obsoleta y los estilos se encuentran fuera de las necesidades públicas.
El proyecto original de Denise Scott Brown y Robert Venturi, 1996:
El diseño de la ampliación del museo representa una parte clave de la obra del dúo. Se encuentra entre Prospect Street, Cuvier Street y Coast Boulevard, cerca del océano Pacífico. Desde 1941 este distinguido museo ha ocupado la casa Scripps. La adición y renovación a cargo de VSBA completó los 4,800 metros cuadrados y creó una nueva fachada con el fin de enriquecer la imagen del museo y su apropiación cívica, haciéndolo más acogedor para los visitantes. Las pérgolas del jardín original de Prospect Street fueron reconstruidas para formar un nuevo patio de entrada al museo.
Dentro del programa que acogía la intervención entraban la fachada de la calle, la tienda del museo, cafetería, un salón existente utilizado para reuniones, eventos y actividades educativas, una biblioteca más grande y una sala de lectura y de conferencias. El jardín fue intervenido con senderos y rampas adicionales accesibles con sillas de ruedas, mientras que se preservaron plantas y vistas significativas. En la adición, el auditorio Sherwood recibió una nueva entrada, asientos renovados, reparaciones que se necesitaban, nueva iluminación y otros sistemas. Una segunda fase del proyecto, aún no programada para su finalización, incluía la creación de una galería y la adición de bodegas de arte en la esquina noroeste del sitio. El espacio de exposición incluiría cuatro nuevas galerías, así como espacios intermedios más pequeños para proporcionar “interrupciones” entre las galerías principales.
Propuesta de ampliación Selldorf Architects:
El proyecto de ampliación implicaría duplicar el tamaño de las instalaciones, incluyendo terrazas con vista al mar e implantando un jardín de esculturas en el espacio de estacionamiento, que se reubicará. Por el lado de Prospect St, la vivienda contigua será demolida y su terreno se sumará al proyecto. Es notable que al mismo tiempo que el Museo de Arte Contemporáneo propuso su planes de demolición, el gobierno británico decidió otorgar su más alto nivel de designación y protección, la misma otorgada al Palacio de Buckingham, a la ampliación de VSB en la National Gallery de Londres. Así que desde una postura que fomenta la conservación hoy se pide la reconsideración del valor de este edificio, demandando que el proyecto de ampliación sea respetuoso con la intervención que lo precede. Mientras, Annabelle Selldorf, arquitecta en jefe de la ampliación, declara que “respeta y celebra su lugar en el paisaje costero, mientras que integra las necesidades del museo en la estética de La Jolla Village y el tejido de la vida cultural de San Diego.”