Ubicada en Lagunillas, Michoacán, Vivienda La Caja corresponde a un volumen desprovisto de ornamentos, con una sobriedad resaltada por líneas depuradas. Su diseño se distingue por la cualidad de la simplicidad en su uso cotidiano. La Caja explora las relaciones de inmediatez del exterior con el interior, de la confianza que brinda el adentro y de la inestabilidad del afuera; el observar pero también el ser observado, es un lugar de provocación lleno de aperturas que curiosean, es por ello que todos los espacios de la vivienda se extienden a lo externo y su paisaje.
En 97 metros cuadrados de construcción, se buscó generar la sensación de amplitud; cualidad que se logra por medio de la terraza, permitiendo una circulación dinámica y constante de los usuarios. No existe una jerarquía en el acceso a la vivienda, lo cual revela la significación de cada uno de los espacios y su uso.
Al exterior, su volumetría hace referencia a las primeras ides de una vivienda en la infancia; y en su planta se interpreta como un pabellón en forma de “L” que contiene los espacios habitables, el cual co-existe en armonía con la integración del diseño de paisaje y su contexto natural. Al interior, las grandes oquedades permiten por un lado, la entrada de los rayos del sol durante la mayor parte del día, generando una temperatura confortable dentro de la casa; y por otro lado, estos grandes vanos posibilitan las vistas hacia el paisaje inmediato.
En esta vivienda, la intensión de su materialidad es resaltar la pureza de su geometría blanca, en contraste con las superficies grises y las tonalidades del paisaje.