Ubicado en Interlomas, zona altamente comercial y de crecimiento constante, se encuentra el Colegio Walden Dos, preescolar y guardería. Su ubicación representa un increíble potencial y un gran reto debido a sus problemáticas específicas: su condición de ombligo urbano en una zona de bajo flujo peatonal que colinda con diversos conjuntos que condicionan el asoleamiento de predio constantemente.
El proyecto se basó en un programa de renovación, ampliación y recuperación del colegio preexistente, con un nuevo modelo educativo y requerimientos espaciales.
El punto más importante de este ejercicio fueron los habitantes, sobre todo los niños que, con su recorrer en medio de vacíos, vestíbulos, estancias y jardines, logran tejer espacios nuevos y preexistentes. La luz natural invade los espacios durante el transcurso del día; es un espacio nuevo a cada hora; un espacio cambiante. La luz teje el vacío de lo que antes eran pasillos; los recovecos oscuros, cambiaron a jardines. El edificio es una serie de vivencias espaciales a diferentes escalas, con una conciencia de ubicación para el habitante por medio de horadaciones que se fueron ejerciendo en el edificio, permitiendo así, que exista una relación visual entre el interior y exterior, una característica básica para brindar seguridad y operación a la escuela.
Así mismo, una de las ideas más importantes desarrolladas en el colegio que contribuye a su modelo de educación, es la cromática: madera, concreto, piedra, agua, vegetación y luz, son algunos de los materiales de bajo mantenimiento e impacto ambiental seleccionados, permitiéndo habitar espacios en equilibrio que brindan una condición óptima para el ejercicio educativo, definiendo al colegio como un conjunto comprometido a mejorar la vida de sus niños, así como su medio y contexto inmediato.