El proyecto nace como producto de un concurso internacional para rehabilitar una antigua construcción que la Unión Hebraica del Paraguay usaba como sinagoga. El desafío de proponer un espacio de ceremonias exige una reflexión con respecto a la esencia religiosa y la cultura que la envuelve. Imaginar un espacio de introspección y oración sugiere la creación del silencio, donde el rito se convierte en protagonista.
Analizando el plan maestro e intentando darle la imagen y el espacio que le corresponde al programa, iniciamos el proceso de diseño mediante la ubicación de dos prismas, uno como umbral y el otro como contenedor del recinto sagrado. Estos dos volúmenes convergen en la unión y se complementan, tanto estructuralmente como morfológicamente.
La carcasa exterior funciona como una caja fuerte, controlando el acceso de la sinagoga mediante puertas metálicas que protegen el interior.
Este gran contenedor se desglosa en una primera pieza que construye la transición de escala y enmarca el acceso a la sinagoga. La segunda pieza, más grande, delimita el espacio interior y marca la presencia del templo. El concepto del primer prisma dentro del otro es muy claro, creando esa amortiguación entre el exterior, amplio y ruidoso, a un interior silencioso y espiritual. Los parasoles de acero logran crear un velo que estructura el ingreso principal y oculta el contenido.
Los materiales utilizados expresan su verdadera naturaleza. El hormigón visto demuestra la solidez y la fortaleza que representa el material como protector del templo. El metal oxidado representa la resiliencia, capacidad de superar toda adversidad, característica de la comunidad judía. La madera utilizada en el interior da cobijo, así como confort térmico y acústico. De esta manera, el exterior es la antítesis del interior, creando una dicotomía entre exterior-interior, frío-cálido, ruido-silencio.
La transformación de construcciones antiguas pertenece a la serie de criterios sostenibles que consideramos fundamentales a la hora de crear un nuevo proyecto. Repensar lo existente nos permite plantear nuevas alternativas sin tener que desechar el esfuerzo y la energía invertida en un determinado lugar y en un determinado tiempo.