El proyecto se desarrolla en tres escalas: el campus, los edificios, el alojamiento. Su ambición es crear un lugar activo y acogedor para vivir, donde cada residente pueda apropiarse de su propio espacio. Dos grupos de edificios liberan un parque, que se abre al vecindario y abarca las diferentes residencias estudiantiles (hay 1,000 alojamientos en total). Adosado a la colina y extendiéndose desde el gran prado central, un edificio de vivienda comunal alberga salas para organizaciones estudiantiles. Estas instalaciones proporcionan una estructura para la actividad estudiantil y la vida social, y fomentan las condiciones para un campus comunitario activo.
Los nuevos edificios se elevan sobre el suelo para facilitar el uso comunal del campus. Cada edificio se desenvuelve alrededor de un jardín central con pasillos amplios (una extensión vertical al campus). Generosos y acogedores, proporcionan acceso y amplían el espacio privado de los alojamientos individuales.
La forma primitiva de los volúmenes en claustro responde a la abstracción del panel, que es tanto un obturador como un revestimiento de fachada. Su medición acelera todo el proyecto, modifica la percepción de la escala y diluye el efecto de colmena que podría causar la repetición y el apilamiento de las 615 viviendas.
Siempre cambiante, esta piel reacciona tanto a su entorno por sus reflexiones como a las prácticas de sus ocupantes por su movilidad. La arquitectura sobria del proyecto deja deliberadamente espacios disponibles que tienen potencial para que los habitantes se los apropien.
La vivienda (16 m²) es un espacio estándar y no determinado en exceso. La disposición del mobiliario permite recalificarlo de acuerdo con los usos y estilos de vida singulares, al mismo tiempo que libera espacio para vivir.
El mobiliario articula las funciones principales: cocinar, trabajar, recibir, descansar y liberar espacio de la vida. Fue pensado para favorecer la integridad y durabilidad de los materiales. Más allá del aspecto técnico, el objetivo es la durabilidad del desarrollo en términos de usos y estética, su adaptabilidad a los diferentes estilos de vida, culturas y personalidades de los estudiantes: dar un espíritu al lugar sin sobre-calificar. El diseño de la cama como espacio permite diferentes usos y está en continuidad con el enfoque de apertura tipológica.