República Rosa es un Hotel Boutique ubicado en el casco colonial de la ciudad de Quito. Proyectado sobre una casa patio de estilo republicano, existe registro de que esta edificación data de 1890 cuando un ciudadano español compró la propiedad del estado ecuatoriano. A partir de entonces, esta casa atravesó un proceso de adaptación y transformación de varios usos, ampliaciones y modificaciones a lo largo de su historia.
El requerimiento del cliente fue crear un hotel de 11 habitaciones que rescate varios de los elementos de la arquitectura republicana del centro de Quito pero que de alguna manera sea “diferente” a los demás hoteles y tenga su propia identidad. Así fue como se proyectó un diseño que por un lado restaurara algunos elementos originales de la casa (Muros de adobe, cubiertas de teja y pisos de madera), también añadía otras piezas nuevas (Recubrimientos y pisos) y reinterpretaba otros, como su distintiva e inusual fachada interna que da al patio central.
A lo largo de su historia y transformaciones las paredes de la casa tenían varias capas de pintura, suciedad y estuco. Al empezar la restauración de la fachada interna, que sin duda es el elemento principal del proyecto, salieron a la luz todos los colores que fueron parte de su diseño interior. Entre ellos un tono salmón, el mismo que fue seleccionado como el color principal de la paleta de materiales.
En torno a la fachada interna está el patio central típico de esta época, el cual fue rescatado y diseñado para ser el espacio principal que acoja todas las actividades sociales del hotel. El mosaico instalado en el piso, le da un toque moderno y fresco. Los muros circundantes al patio fueron recubiertos con placas de yeso para dar cabida a todas las nuevas instalaciones sin afectar los muros de adobe portantes que también fueron restaurados para crear detalles vistos del material original. El resto de paredes y tumbados fueron pintados de color gris oscuro para crear un ambiente opaco que haga contrastar la fachada interna color salmón.
Por otro lado, las habitaciones tenían que responder a la necesitad actual de un hotel de ser flexible y poder transformar sus habitaciones según la demanda. Los espacios reducidos de esta arquitectura existente forzaron a que crear un mobiliario flexible diseñado a medida y fabricado por artesanos locales, que transforma en pocos minutos una habitación simple a una doble. Se rescató los pisos de madera originales, los muros de adobe además de implementar una iluminación que cree una atmosfera acogedora.