Quinta Gaby es una residencia unifamiliar edificada con tapial, una milenaria técnica de construir muros macizos consistente en apisonar capas de tierra húmeda dentro de una cimbra de madera. El diseño de la vivienda logra una plena armonía respetando la belleza de su entorno natural. Quinta Gaby consta de tres volúmenes que se ubican alrededor del patio central donde un árbol papelillo se convierte en el núcleo del hogar.
El acceso de la casa está marcado con una puerta color rosa, un pequeño homenaje a la trascendente obra del arquitecto Luis Barragán. Al cruzar la puerta entras al patio, un espacio exterior, en torno al cual se comunican, conectan y distribuyen el resto de los espacios de la casa, actuando con el núcleo de todas las actividades como era costumbre en las haciendas mexicanas, donde el interior y el exterior tienen una estrecha relación.
Los espacios interiores son amplios y continuos, el diseño de la cancelería que se esconde entre muros, permite la apertura de un espacio unificado donde transcurre sin limitaciones la vida de los habitantes de la casa.
En este proyecto se rescata el método constructivo del tapial, utilizándolo extensivamente en una vivienda residencial, por sus múltiples bondades. Es un material que proporciona ilimitadas posibilidades creativas y de diseño desde el punto de vista estético; la belleza natural del tapial transmite una gran honestidad al dejar a la vista la irregular forma de sus capas de diferentes colores y texturas que con sus defectos y peculiaridades agregan belleza y carácter a la casa.
Los arquitectos quisieron romper con la limitante preconcepción de los materiales que se deben utilizar para la construcción de una vivienda digna, revalorando un sistema de construcción tradicional y su articulación funcional con las necesidades y tecnologías actuales.
Quinta Gaby toma el material, la tierra, como punto de partida para una reinterpretación de la arquitectura mexicana, aprovechando la gran relación del tapial con nuestras culturas prehispánicas y sus bondades estéticas y beneficios sustentables. La Quinta responde a su entorno empleando materiales de la región y aprovechando la iluminación y ventilación natural.
Los materiales se usan en su estado natural: gruesos muros de barro y tierra amasados y apisonados; zoclos y pisos de concreto aparente; losas repelladas con cal de alta pureza y albercas, espejos de agua y baños recubiertos de cemento blanco coloreado con los taninos extraídos de la corteza de un árbol. Es una arquitectura orgánica que se desarrolla de adentro hacia afuera respondiendo a las necesidades de quien la habita y su entorno.