Natura está ubicado en el valle de Tumbaco, a 24 km de la ciudad de Quito. Dado que este valle se encuentra a menor altitud que la ciudad, cuenta con un clima y condiciones naturales inmejorables. Por esta y otras razones, se ha convertido en una zona apetecida y de alto desarrollo residencial, logrando en los últimos años, un crecimiento poblacional importante.
La gran mayoría de personas que habitan el valle, trabajan en la ciudad, lo cual ha implicado que esta zona se esté trasformando en una pequeña ciudad dormitorio. Como resultado de esto: largos desplazamientos, congestión vehicular, contaminación y un desarrollo que se extiende, carente de servicios y equipamiento.
El proyecto nace del interés de un grupo de personas de atacar esta problemática. Es así, que se plantea un edificio de usos mixtos (oficinas y vivienda) que promueva ciertos conceptos: trabajar cerca de casa, trabajar y vivir en contacto con la naturaleza, generar y consolidar ciudad.
El proyecto se desarrolla en un terreno de 2,500 m2 donde existía una casa. Esta propiedad al igual que los predios vecinos, cuentan con un patrimonio importante natural: ceibos, jacarandás, acacias, algarrobos, aguacates de varias décadas de existencia.
El entorno inmediato del terreno se destaca por ser un lugar tranquilo y en proceso de consolidación.
Natura, busca insertarse en este contexto de manera silenciosa, evitando el destaque e intentando acoplarse de manera sutil, pero a la vez trazando una línea a seguir para proyectos futuros, a través de la definición de bordes y mejoramiento de los espacios hacia la calle.
El edificio de tres pisos de altura, se implanta partiendo del reconocimiento y ubicación de los árboles existentes. Al estar la mayoría de estos ubicados en los perímetros del predio, el volumen edificado se acomoda a ellos y se dispone en la parte central del terreno, liberando sus linderos frontal, posterior y laterales. Los árboles que no se pueden sortear, se los muda a un vivero por un tiempo, hasta volver a ubicarlos nuevamente en el propio proyecto.
La masa edificada deja libre un gran espacio interior (atrio) el cual se convierte en el corazón del proyecto de oficinas.
El terreno tiene una pendiente negativa en sentido longitudinal (4 m de diferencia desde la calle hasta el jardín posterior). El edificio se adapta en sección a los niveles naturales del terreno, de tal manera de poder conservar las especies vegetales intactas, así como, logrando una sucesión de espacios a diferentes niveles que contribuyen a la experiencia de recorridos y circulaciones del edificio.
A diario vemos con mucha preocupación una ciudad, donde los edificios se amurallan hacia la calle, donde los usuarios no se relacionan porque se desplazan de su carro a la puerta de su vivienda/oficina. Ante esta realidad, Natura plantea un edificio el cual te invita a pasar, te incita a descubrirlo. La escalinata y una “banda” horizontal en fachada, insinúan el acceso. Una vez que se pasa este espacio comprimido de un piso de altura, se ingresa al proyecto mediante un atrio de gran escala. Este atrio se convierte en un espacio conector. Un espacio generador de recorridos y de encuentros entre usuarios. Mediante circulaciones horizontales y verticales de distinto tipo, motiva al usuario a moverse y a relacionarse con otras personas dentro del proyecto. Además, el edificio logra establecer conexiones entre lo privado y lo público. Entre el entorno exterior con el espacio interior, con el fin de otorgar conectividad física, visual, sonora y sensorial.
Conscientes del impacto que genera la arquitectura en las personas, hemos planificado un edificio que genere espacios saludables para sus usuarios. Espacios dotados de vegetación y luz, de generosos espacios compartidos que sirvan para que las personas puedan relacionarse y apropiarse de ellos. Espacios versátiles que puedan ser utilizados también por la comunidad como lugares de exposición, salud, cultura y arte.