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¡Felices fiestas!
En 1977 Oswald Mathias Ungers y Rem Koolhaas, junto con Peter Riemann, Hans Kollhoff y Arthur Ovaska, definieron el proyecto La ciudad en la ciudad, Berlín: un Archipiélago Verde,[1] iniciado en el contexto de un taller de verano en Berlín organizado por Ungers como profesor de la Universidad de Cornell. El taller tenía como nombre “La villa urbana”. El equipo propuso en la investigación, como principio fundamental, que “cualquier plan futuro para Berlín debería ser orientado a una planeación basada en la reducción, siendo esta contracción urbana el único método para intensificar la experiencia de la ciudad, la cual operaría entonces como conjunto, ensamblaje arquitectónico”. La investigación y proyecto buscaban desmitificar la idea generalizada de que ciertas áreas dentro de la ciudad pueden ser sólo rehabilitadas al construir más. Para el estudio de Ungers tal acción era contraproducente en la regeneración adecuada de Berlín.
En términos generales, el manifiesto teorizaba retroactivamente sobre la ciudad en proceso de decrecimiento como un archipiélago de arquitecturas diversas con congestión social inequívoca; islas de congestión distribuidas en una “laguna” verde.[2] Este bosque se formaba al completar las áreas verdes de Berlín con naturaleza, con el objetivo de hacer mas vivibles las “islas” arquitectónicas remanentes, aquellos enclaves ya importantes en la historia de la ciudad y la conciencia ciudadana.
Ciudad de México
La condición urbana actual de nuestra ciudad, en vez de consistir en un archipiélago de arquitecturas en medio de la naturaleza, es un cada vez más reducido archipiélago de naturalezas dentro de la inmensa “laguna” de la urbanización. A pesar de la constante presión que existe en la ciudad por extender sus límites y construir en todos los terrenos disponibles, un método de “desurbanización” generaría mayor congestión y áreas verdes en la existente zona metropolitana. Las islas de este archipiélago verde actuarían como puntos de congestión centrifugando población y desarrollo. Es decir, crecimiento vertical alrededor de centros sustentables de atracción que integran densidad y ecología para beneficio colectivo.
De este modo, en vez de un archipiélago de islas urbanas en medio de la retícula verde —como en Berlín—, proyectar un nuevo archipiélago verde en la ciudad de México significaría implementar islas de naturaleza (en diferentes formas y contenidos, en los terrenos que ofrezcan tal oportunidad) dentro de la retícula urbana. El terreno del actual aeropuerto, que pronto será la mayor extensión disponible dentro de la ciudad, es la gran oportunidad para implementar esta estrategia de simbiosis entre protección ambiental y congestión social, rehabilitando su zona este.
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[1] The City in the City. Berlin: A Green Archipelago. A Manifesto (1977), de Oswald Mathias Ungers y Rem Koolhaas, con Peter Riemann, Hans Kollhoff y Arthur Ovaska. Edición crítica de Florian Hertweck y Sébastien Marot. UAA Ungers Archives for Architectural Research, Lars Müller Publishers.
[2] Iniciada en este estudio, tal teoría de la “cultura de la congestión” continuaría con Koolhaas’ Delirious New York y se solidificaría en gran parte del trabajo de OMA –Office for Metropolitan Architecture, tanto en proyectos urbanos como arquitectónicos.