Little House está enclavada en un exuberante bosque en un acantilado orientado al norte con vista al fiordo Hood y con vistas lejanas a la bahía Dabob. Diseñado para reutilizar una base existente, la nueva casa mide un poco más de 100 metros cuadrados. La forma simple contrasta con el bosque: el exterior rígido con un interior cálido y brillante.

Los propietarios viven de tiempo completo en Houston, Texas, pero han compartido muchos veranos con su familia en una propiedad cercana a las afueras de Seabeck. Aman la naturaleza salvaje del Canal del sur e imaginaron un pequeño retiro propio ahí. Las primeras discusiones sobre el diseño se centraron en crear una estructura compacta y moderna que fuera simple y económica de construir. Intencionalmente restringido a una huella existente, el concepto surgió de esta premisa: una caja simple con grandes aberturas talladas tanto en el techo como en las paredes que abarcan selectivamente las vistas y la luz natural. Los visitantes se acercan al sitio desde el sur.

Un dosel delgado marca la entrada y enmarca las vistas hasta el canal. Las fachadas más transparentes del norte y el oeste introducen el paisaje y las vistas lejanas al espacio. Las fachadas sur y este siguen siendo en su mayoría sólidas, protegiendo las vistas desde el camino y las propiedades vecinas.

Los tragaluces se tallan en el techo, brindando luz y vistas de las estrellas sobre la cama y la ducha. Los paneles de relleno de cedro negro oxidado y de cemento ennegrecido recubren el exterior, mientras que los paneles de MDF ligeramente pintados y el suave contrachapado de pino calientan e iluminan el interior.

En un soleado rincón occidental de la casa, un gran patio se extiende hacia el paisaje y conecta el edificio con el sitio y el sistema de senderos que se extiende hasta la orilla del agua. El enfoque de diseño se centró en lo esencial. El proyecto resultante espera capturar la esencia de la cabaña moderna: de tamaño pequeño pero mucho más grande que sus límites.