La biblioteca infantil de Pingtan está situada en el pueblo dong de Pingtan, provincia de Tongdao, Hunan, China. Esta pequeña estructura de madera, de tres pisos de altura y unos 80 m2 de superficie, está construida íntegramente en madera. El edificio está situado en el patio de una escuela primaria a la que asisten más de 400 niños de la localidad. Más que un edificio con plantas y habitaciones, se trata de un edificio formado por dos escaleras de caracol entrelazadas, una doble hélice que a su vez se convierte tanto en la circulación vertical como en los asientos para los niños.
Como tipología constructiva, sigue la tradicional Dong House, con el techo a dos aguas de tejas y un sistema de construcción en madera de mortaja y espiga de columnas y vigas entrelazadas. De los cuatro alzados, dos están dedicados a las vistas, al patio y a los arrozales adyacentes, mientras que los otros dos están reservados a los libros. No se trata de una biblioteca infantil común, sino de un lugar donde los niños leen y juegan al mismo tiempo, un nuevo paradigma para las bibliotecas de las aldeas rurales de China.
El valor de este proyecto reside en dos lecciones fundamentales. La primera se refiere directamente a los niños de Pingtan, que, además de disfrutar jugando en la biblioteca, se han dado cuenta de que su cultura está viva y sigue siendo relevante en este mundo tan cambiante. La segunda se refiere a la disciplina, en un momento en que la arquitectura, especialmente en una metrópolis urbana como Hong Kong, parece haber perdido su alma a manos de promotores siempre exigentes, lo que nos hace tomar conciencia de la importancia social de la arquitectura.