El área educativa del Jardín Botánico de Culiacán consta de tres edificios aislados, destinados a talleres, aulas, un auditorio para cien personas y sanitarios.
Esta zona se extiende en 9,250 m2 y cuenta con tres de las 35 obras de arte del jardín, además de un auditorio abierto para 70 personas, dividido por tres muros segmentados que envuelven el espacio del foro.
Esta zona se integró al plan maestro de rehabilitación del jardín, basado en una serie de patrones geométricos inspirados en un árbol de huanacaxtle.
Sus ramas se convierten en la abstracción que resulta de la traza previa del Jardín Botánico. Ellas establecen jerarquías en los caminos a modo de capas de varios tamaños y materiales, y se cortan o mueven para coincidir con los senderos.
Sobre este nuevo plan los edificios emergen como rocas endémicas.
Dos pequeñas construcciones forman el acceso principal con oficinas, taquilla, tienda y baños; otras dos en el acceso sur albergan tienda, cafetería y baños; un conjunto de tres elementos da lugar a la zona cultural —área de exposiciones, taller de alfarería y biblioteca—, y un invernadero resguarda especies singulares.
Una serie de estanques ayuda a contrarrestar el clima extremo. Cada cuerpo de agua fue diseñado según su uso y emplazamiento, de ahí que algunos cuenten con plantas acuáticas y peces de un mismo tratado de botánica.