Breitenbach Landscape Hotel propone una experiencia integral de ecoturismo en Alsacia, inspirada en las tradiciones escandinavas y basada en las oportunidades culinarias, de bienestar y de naturaleza en la región. Encaramado en las alturas del pueblo alsaciano de Breitenbach, el hotel paisajístico 48 ° Nord reinterpreta el tradicional hytte escandinavo, un lugar de retiro y reconexión con la naturaleza salvaje. En el corazón de un lugar protegido, el proyecto fue diseñado para encajar en un entorno preservado sin perturbarlo nunca.
El objetivo del proyecto no era construir un hotel en sí, sino crear un lugar para vivir, un hábitat para recibir a las personas y llevarlas a un viaje sensorial donde experimentaran un nuevo universo en un entorno natural. Un lugar donde los huéspedes vienen a conocer gente y tener un momento, ya sea para compartir una comida, un fin de semana de descanso o para caminar por las colinas y valles de los Vosgos El diseño limpio del proyecto evocan inevitablemente al paisaje de los países nórdicos. Sin embargo, la visión es también difundir un arte de vivir en armonía igualmente con el paisaje. A pesar de su sencillez, el Hotel 48 ° Nord no pasa desapercibido, aunque esté rodeado de naturaleza.
En medio de árboles, setos naturales y pastos silvestres, 14 cabañas, herederas del hytte noruego, salpican la ladera como rocas en una pendiente, equilibrando la privacidad y la perspectiva. Pequeñas, ligeras, discretas, simplemente se colocan en la ladera. Construidas sobre pilotes, incluso son extraíbles, por lo que el paisaje se mantiene preservado y natural, intacto. El castaño sin tratar y de origen local (cortado en la colina frente al hotel) reviste todos los volúmenes, combinado sólo con grandes aberturas de vidrio. Cuatro tipologías distintas componen una familia de formas con diversas cualidades. Los hytte Grass, en un nivel universalmente accesibles, se agrupan cerca del edificio principal. El tipo Árbol y Hiedra, delgados y esbeltos, combinan verticalidad y vistas panorámicas. Por último, el Fjell, en la cima de la colina, recibe a las familias con espacios protegidos al aire libre. Los interiores son mínimos y rústicos, calificados por la madera clara, los cómodos muebles empotrados, las vistas enmarcadas y los contrastes espaciales que encarnan perfectamente el concepto nórdico de hygge.