Hage es un espacio público que, en el corto plazo, funciona como lugar para el debate público, actos y talleres y, a largo plazo, planea ofrecer un espacio urbano y un jardín. Abierto al público en general, es una respuesta a la pregunta de cómo construir una nueva comunidad, quizá empezando por el espacio social. La ciudad medieval de Lund, situada en el sur de Suecia, está rodeada de algunas de las tierras de cultivo más fértiles del país. Tras la creación de un nuevo parque científico, se está llevando a cabo un gran desarrollo urbanístico en las afueras de la ciudad.
Hage es el primer encargo construido dentro de este desarrollo urbano, un fuerte cerramiento de 40 metros × 40 metros de ladrillos reutilizados en el paisaje periurbano transformará ahora los campos en una nueva urbanidad. Se invitará a la gente y a los grupos locales a habitar el espacio y desarrollar y materializar de manera gradual ideas sobre su carácter y uso futuros. Actualmente, Hage aparece como un objeto en el paisaje. Su escala corresponde a la de las granjas típicas de la zona. En un paisaje abierto y azotado por el viento, por lo que el proyecto crea un entorno de calma y protección, una pausa.
Con el tiempo, cuando se establezca un nuevo barrio en torno a este espacio público, se convertirá en un vacío en el tejido urbano. Las primeras viviendas que se construirán junto a Hage —diseñadas por los arquitectos catalanes Flores & Prats— entablarán una conversación directa entre sí.
Diseñado como un jardín amurallado para que la gente se reúna, hable, juegue e intercambie ideas, está cerrado por tres lados con un sencillo muro de ladrillo de 2.2 metros de altura. El cuarto lado del recinto está abierto y protegido por un toldo de acero corten de 43.2 × 7.2 metros, bajo el cual se sitúa una larga mesa de madera, acompañada de dos generosos bancos. Las dos piedras que sostienen estos bancos proceden de una cantera cercana, y los 48 mil ladrillos recuperados proceden de la fábrica de mermelada de Björnekulla, recientemente demolida.