Ante la oportunidad de construir un proyecto de residencias estudiantiles dentro de las inmediaciones de una universidad y bajo un concepto distinto, nace Habitee Urban Dorms.
Al encontrarse en un predio complicado por sus características físicas, con dimensiones variables de ancho y largo, la prioridad del proyecto fue la búsqueda de una buena orientación y proveer herramientas que facilitaran tanto la iluminación como la ventilación natural, así como el aprovechamiento de las alturas máximas permitidas.
De esta manera, al proyecto se le incrustan 3 patios de diferentes tamaños. El primero se utiliza para diferenciar un claro acceso; el segundo, para generar una circulación central dentro de dos alas de habitaciones; y el tercero, para dejar respirar al edificio de sus colindancias. El proyecto termina mirando hacia el norte, beneficiando a que todas las habitaciones no sean delimitadas por un muro opaco si no que sean permeadas por ventilación, luz natural y vistas.
El proyecto se compone de una planta baja donde el programa público abraza los patios creados generando diferentes sensaciones de serenidad y permite que la interacción entre los residentes sea obligada. Posteriormente el programa privado se ubica en los siguientes 4 niveles, rematando con un rooftop con vistas privilegiadas a la ciudad.
Las habitaciones se dividen en dos alas con las mismas proporciones en cada nivel, dando paso a dormitorios de similar tamaño y calidad de espacio, vinculados por un núcleo de circulación vertical perforado por una celosía de concreto que ventila e ilumina naturalmente el espacio público dentro de estos niveles, permitiendo una programación adecuada para los residentes.
La intención es promover la vida vertical en espacios internos y externos dentro del edificio, buscando la verticalidad desde la perspectiva que pueda generarse en el nivel, 0 elevando muros solidos de concreto expuestos y perforados solamente por el espacio que ocupan los pasillos que comunican las habitaciones, para rematar con un sombrero de acero que forma parte de la jardinera que delimita el rooftop y funciona como un barandal natural.
Así, el proyecto termina impulsando la cohesión e inclusión social dentro y fuera de un área, resolviendo una necesidad a un servicio y proponiendo la estimulación de una zona ya transitada que pueda ser más amable con el transeúnte y construya nuevas dinámicas urbanas entre los estudiantes y la gente que habita la zona.