Once habitáculos en el bosque de Aldeia da Paradinha, en Portugal, donde se levantan estas casas. Con el equipamiento necesario para una estadía permanente o temporal, como unidades turísticas o viviendas de uso más prolongado. Al mezclar estos dos programas distintos (hospitalidad y vivienda), garantizamos que este complejo no tendrá un uso estacional, estando habitado durante todo el año.
Considerando la ubicación remota y la irregularidad de la topografía del terreno, se construyeron las unidades de forma no tradicional. El proyecto se tomó como una oportunidad para experimentar un sistema de prefabricados llamado Gomos que consiste en tener uno solo módulo en cada vivienda donde se concentran todas las instalaciones técnicas (agua, electricidad y climatización). Este procedimiento se repitió a lo largo de la obra, agilizando su proceso de producción y montaje. Este complejo incluye once habitáculos pequeños con cuatro tipologías distintas que varían entre 28m² y 58m². La implantación de estas unidades estuvo definida por las condiciones naturales del terreno, preservando todos los árboles, reduciendo su impacto sobre la topografía y vegetación del lugar. Se conservaron los antiguos muros de contención preservando la configuración original del terreno.
El posicionamiento disperso de las unidades y sus distintas orientaciones crean diferentes hilos en el terreno, despejando la vista desde el interior. En cada una de las fachadas, detrás de las piezas de madera que encierran los balcones, se puede ver el bosque y, ocasionalmente, el río Paiva.