Para el diseño de la Galería AAF se propuso repartir los espacios en un pequeño edificio de 3 niveles.
El primero contiene un espacio público para lecturas y conferencias, así como una cocina destinada para los preparativos para inauguraciones de las exposiciones. En la parte trasera de este nivel se dispuso una habitación para artistas residentes, que contiene un baño propio y un patio. Este nivel presenta un sistema constructivo a base de muros de bloque aparente y losa colaborante metálica sobre vigas IPR pintadas de color blanco.
Los cerramientos fueron diseñados exprofeso con barrotes de madera, aluminio, vidrio atornillado y malla metálica. En el segundo nivel se encuentra un área de exposiciones, abierta para admitir diferentes piezas e intervenciones. Este nivel presenta muros con acabado en yeso, pintura blanca y una losa reticular de concreto armado con cimbra en casetones expuestos. En el tercer nivel se proyectó una sala de lectura que funciona también como oficina de administración y reuniones. Este espacio fue recubierto con listones de madera de pino y una losa dentada de concreto aparente sin instalaciones. Remata con un patio al aire libre que también hace de mirador cuando se abren las puertas metálicas que lo delimitan. Todos estos espacios están colocados al centro del terreno, dejando las circulaciones verticales del lado de la medianera, hacia uno de los costados, mientras que el otro se destinó a un patio lateral para iluminar el primer piso. Este costado contrasta con el bloque de circulación el cual presenta una atmósfera de penumbra. Las circulaciones en este bloque son escaleras de un solo tramo: una escalera de concreto en la primera sección y una de madera en la segunda.
Los niveles superiores se iluminan por los costados cortos del volumen, por medio de puertas-fachada que se abaten para tener mayor o menor cantidad de luz y privacidad; y que también hacen las fachada frontal y posterior del edificio. Mientras, la fachada lateral es recubierta por una piel de metal estriada separada del muro, lo cual le brinda una barrera térmica hacia el sur. Esto junto a muros de bloque rellenos con poliestireno permiten tener interiores frescos durante los meses de calor de la ciudad.
Al final todos estos elementos constructivos, de configuración y cerramiento espacial funcionan como artefactos adosados a una estructura, con posibilidad de brindar diferentes ventajas térmicas, lumínicas y sensuales al edificio.