Las prótesis fueron desarrolladas con dos fines primordiales: por una parte, corregir la función de un órgano dañado; por otra, extender la capacidad inherente a un órgano. Por citar algunos ejemplos, los lentes que receta un optometrista son prótesis correctivas: sus distintas graduaciones ayudan al usuario a recuperar la vista promedio de 20/20. El telescopio o el microscopio, en contraste, son prótesis extensivas: dichos aparatos ofrecen la posibilidad de ver cosas tan diminutas y tan distantes que, a simple vista, seríamos incapaces de distinguir.
El proyecto arquitectónico que se llevó a cabo en un departamento de la colonia Condesa es uno que disuelve las distinciones binarias. Al llamarlo Ensayo no. 4, el término literario por excelencia para ‘exploración’, la intervención al espacio existente —un departamento de estilo clásico para la arquitectura contemporánea de la colonia, con elementos estructurales aparentes, techos de doble altura y una búsqueda de transparencia— nos deja ver que no será una aproximación sencilla al espacio. Como en todo ejercicio de ensayo, nos aproximamos al espacio desde diferentes ángulos.
Se puede decir que el espacio existente literalmente se envuelve para redescubrir su potencial. Así, una estructura de madera finamente articulada se ensambla siguiendo la misma lógica de un andamio para conformar una serie de estructuras profundas que extienden la función original del espacio. En ocasiones el andamio se rellena con escalones; en otras sostiene un tapanco equipado con repisas para conformar un librero. De ahí, el andamio se extiende al patio para formar un pasillo de servicio que abraza el muro para conformar un jardín vertical.
En otras palabras, lo que se hizo fue tejer un andamio que sube, se rellena, gira, se tuerce, engorda, se deja vacío y se satura de plantas, para equipar y activar espacios desarticulados del departamento.
El andamio teje interior y exterior, conecta niveles, se solidifica donde se requiere privacidad y se mantiene como esqueleto cuando se busca transparencia.
Como el artista holandés Constant hizo con su proyecto de la Nueva Babilonia, en el que sólo ofrecía una estructura de andamio para que los usuarios adaptaran su espacio habitacional, MANADA generó una intervención que se podría considerar una prótesis a la vez correctiva y extensiva.
Correctiva en tanto se producen conexiones entre espacios antes desarticulados; y extensiva en tanto la estructura se equipa con diversos dispositivos que permiten sentarse, guardar libros o colgar plantas. Todas estas formas prostéticas le ofrecen al espacio más funciones de las que se espera de una estructura que tan sólo es soporte.