La idea de diseñar un gallinero surge de la petición de una pareja mayor que anhelaba mudarse al campo. Quieren criar algunas gallinas en el jardín para poder cuidarlas, alimentarlas y observarlas todos los días para despejar la mente. Esperando que sus hijos y nietos puedan irles a visitar a menudo y tener espacio para que jugaran cuando eso sucediera. El equipo de diseño no quería encerrar a las gallinas en jaulas pequeñas, ya que, también necesitan espacio libre, aire, un lugar donde beber agua, poner y empollar huevos. También, escarban en la tierra, comen hojas o se persiguen unas a otras. Se les quería dar un espacio amplio y seguro para que formaran una comunidad social en miniatura para gallinas y patos.
Para hacer este gallinero se ha utilizado una rejilla metálica y cartón-cemento. El tamaño es de 2m × 10m × 2m, adecuado para que jueguen los niños. La rejilla metálica limita el espacio seguro para las gallinas, pero ofrece una vista ilimitada y una conexión entre el interior y el exterior. Debido a sus hábitos de vida, las gallinas suelen subir a lo alto en la oscuridad. Para crear más actividades para ellas, el equipo crea ejes verticales adicionales. Las cajas están colgadas y conectadas por escaleras ligeras, el espacio bajo esas cajas combinado con el toldo para evitar la luz del sol.
Alrededor de las jaulas, el propietario cultivará verduras y luffa que pueden trepar y cubrir el tejado para crear la sombra del gallinero. El diseño de este gallinero pretende divertir e inspirar a los niños. El equipo piensa en los niños de las grandes ciudades, que crecen en una sociedad en la que los adultos viven deprisa y siempre ocupados. Los niños sólo conocen la escuela, el estudio y los juegos.