Ya se entregaron las primeras casas en Ocuilan. Once meses después del temblor que azotó el país y dejó a más de doscientas mil familias con sus viviendas afectadas, han sido muchas las iniciativas que han tratado de paliar el daño. El terremoto en realidad fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre pasado y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.
A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.
Este es uno de los primeros proyectos construidos, diseñado por RZERO estudio. Junto a los planos y las fotografías de la vivienda presentamos una entrevista con sus arquitectos.
Arquitectos: RZERO estudio: Alejandro Zárate y Edgar Velasco C.
Colaboradores: Alejandra Ramos, Damaris Aguilar, Margarita Gorbea.
Ubicación: Ocuilan de Artega, Estado de México
Localidad: San Sebastián
Cliente: Sra. Gregoria López Ibañez
Módulo de vivienda: 36 m²
Módulo de Baño: 9 m²
Módulo de Cocina: 8 m²
Fotografía: Jaime Navarro
Fecha: 2018
El proyecto plantea un pequeño plan maestro que reconoce las condiciones propias del desdoblamiento familiar existente, proponiendo la renovación paulatina del conjunto a través del diseño de 3 distintos módulos replicables. Cada uno de estos módulos contiene un programa distinto que responde a las necesidades de cada familia y dota de infraestructura básica comunitaria.
El primer paso fue reconocer el contexto y entender la relación de las viviendas dentro del conjunto y sus espacios compartidos, partiendo de una pequeña explanada que funcionara como articuladora de los distintos módulos, rodeado de unas condiciones inmejorables de paisaje y su orientación.
Al momento de platicar con Gregoria y Felipe; escuchando sus necesidades y prioridades, los arquitectos observaron que su vida gira en torno al núcleo familiar fuera de la casa, mediante una comunidad ya consolidada, donde convivir durante el día y compartir la cocina o el baño es algo cotidiano.
La idea del diseño de un módulo replicable, surgió cuando comentaron que Felipe y su yerno podrían ser empleados para la construcción de su propia vivienda, por lo que diseñar un prototipo fácil de hacer, aumentaría las posibilidades de que en el futuro ellos mismos puedan terminar de construir el conjunto.