Se trata de una casa en la localidad de Villa Allende, en un terreno extenso y prácticamente plano, cuyo frente se encuentra orientado hacia el este, con presencia de árboles de porte medio en su perímetro y libre en el centro.
En el proyecto se pensó en el espacio que va a habitar la gente y para esto se partió de tres elementos fundamentales, que van tomando mayor o menor relevancia de acuerdo a lo que el proyecto requiere: la materia, la luz y el lugar.
Se decidió utilizar cuatro materiales determinantes: el hormigón y el acero tipo corten en el exterior, la madera y el yeso en el interior. Todos ellos se presentan en su forma natural, manteniendo su color y textura. Los dos primeros, principalmente hacia el exterior, sin ningún “maquillaje” más que la forma que le dan las maderas del encofrado o las transformaciones del óxido en el acero. En el interior la madera da calidez a los ambientes y el yeso blanco contrasta con la rusticidad del hormigón.
En el exterior nos reciben una sucesión de placas de hormigón, que tamizan el ingreso de luz proyectando potentes líneas sobre el suelo y muros que varían y se mueven según la hora del día y la época del año.
En el interior se puede apreciar en las luceras sobre los muebles del estar, que capturan luz desde el techo, teñida con el color de la madera, o en la extensa ventana horizontal sobre el suelo que nos comunica con el patio de luz lateral y su juego de luz de las placas de hormigón. En la escalera nos encontramos sin duda frente a un espacio de gran luminosidad y asombro. La doble altura en el inicio de la misma, resuelta en su totalidad con ventanas, capta un ingreso de luz constante a lo largo del día y nos marca el paso de las horas mediante la proyección de los rayos de sol en el interior. Al llegar finalmente a la planta alta, nos encontramos con una lucera superior que remata y cualifica el espacio.
En función de la amplitud del sitio, surgió la idea de extender en planta baja planos en varias direcciones a los fines de arraigarse al mismo, luego en planta alta tomando al programa como armador de la idea se propuso un prisma rectangular que se apoya sobre ellos. Entre medio de esta pulseada entre programa y sitio aparece la luz natural utilizada como ¨materia¨ que por momentos toma la misma fuerza que el hormigón.