Casa Calafia se encuentra en Todos Santos, Baja California Sur, una pequeña población entre la Paz y Cabo San Lucas. La localidad conserva parte de su herencia minera en algunas construcciones, por ejemplo, de tabique rojo y chimeneas de humo en medio del desierto. Todos Santos es un pueblo mágico a la falda de la Sierra Laguna, sus residentes fomentan la actividad artística y cultural tejida con el origen y sus originarios.
El diseño es una sinfonía sinuosa, en donde el vacío de materialidad y formalidad permite ver las montañas del desierto y las olas del océano pacífico. Se observa a través de ella y con ella.
El aporte de sus clientas, es parte fundamental de Casa Calafia. Su nombre esta inspirado en una guerrera originaria de Baja California Sur. La expresión formal a través de curvas y de una geometría escultórica, significa: un segundo hogar en el Mar de Cortés.
Dos aspectos a destacar: continuidad y rompimiento. La continuidad geométrica entre círculos y curvas se deriva del paisaje, que parece no tener fin, que continúa y se funde con otros paisajes. El rompimiento geométrico se da con el lenguaje establecido formalmente por las edificaciones circundantes. Calafia sobresale sinuosamente y estáticamente, de forma llamativa lúdica, se implanta de forma sugerente sobre el desierto.
La casa esta construida con bloques de concreto, ya que es el material más accesible de la zona, y recubierta en su exterior e interior con cemento y pigmentos naturales. Esto permite apreciar la casa como una escultura monolítica, y a la vez controlar la sensación térmica ante el intenso calor. El uso de la celosía de tabique hace alusión a la materialidad que algún día tuvo el pequeño poblado y la madera de la carpintería es rosa morada, un árbol de la zona.
El programa arquitectónico se desarrolla en 200 m2 de la totalidad del terreno de 2,000 m2 con orientación favorable a los vientos. En la planta baja se encuentra una cocina abierta, sala, comedor, terrazas exteriores, áreas de servicio, un estudio, una recámara y un baño completo, orientados de tal forma que la vista al mar y las montañas la atraviesen constantemente. La comunicación a la planta alta se realiza mediante una escalera exterior que lleva a la recámara principal. La escalera esta adosada a la casa, cubierta por una celosía de tabique que devela un juego de luces y sombras en su recorrido.
Sin duda, es una edificación para ver y ser vista, a través y con el paisaje. La singularidad de sus formas permite observar dentro de la casa el paisaje contenido en círculos, arcos y arcos invertidos. Su ubicación permite tener vistas hacia el mar y hacia las montañas. Además la posición perpendicular con el sol permite un juego de volúmenes geométricos con su luz hacia el interior.
Casa Calafia expresa gestos arquitectónicos a través de la continuidad, emulando lo que hacen las curvas en las montañas, las olas del mar y el viento en la arena, una inacabable geometría.