El cementerio de Inagawa se encuentra en un sitio empinado en la Cordillera Hokusetsu de la prefectura de Hyogo, aproximadamente a 40 kilómetros al norte de Osaka. Está distribuido en terrazas y dividido en dos por una monumental escalera que conduce a una santuario en el punto más alto: es un eje fuerte que orienta todo el proyecto. El centro de visitantes y la capilla están diseñados como un umbral marcado entre el mundo exterior y un espacio más tranquilo dentro para la contemplación. Alineados con la escalera central y como contrapuntos al santuario, el centro para visitantes y la capilla se ubican alrededor de un patio. Los visitantes se acercan a este espacio desde una plataforma exterior que lleva a una abertura central amplia, enmarcada en la fachada suroriental. El programa se organiza formalmente bajo el plano único de un techo inclinado.
Las habitaciones del centro de visitantes se abren hacia el jardín mientras que la capilla aislada permanece separada. Se puede llegar a ella a través de un pasillo discreto, directamente desde el exterior o por una suave rampa desde el jardín. Ahí se revela una sala sin ornamento y tranquila con calefacción mínima e iluminación artificial que ofrece un espacio contemplativo, puro en su forma. Confiando en la luz del sol que entra de manera indirecta desde los jardines por cada lado, el visitante de la capilla encuentra el aislamiento y su enfoque esta en los ritmos esenciales del tiempo a través de los indicadores naturales que son la fluctuación de la luz a lo largo del día y los cambios de follaje estacional.
Los jardines están inspirados en las paletas y texturas de los prados y bosques japoneses y la selección de pastos, arbustos y flores silvestres se yuxtaponen cuidadosamente. El centro de visitantes se encuentra justo en la esquina diagonalmente opuesta al patio. Dos grandes habitaciones en el extremo inferior del techo acogen reuniones familiares y conmemoraciones. El salón para visitantes ofrece un área informal para descansar y comer. La sala conmemorativa, que se puede dividir en tres salas más pequeñas gracias a unas cortinas hechas con papel washi, ofrece un espacio para fiestas formales después de los rituales.
Los pisos, las paredes y el techo se forman como elementos de construcción puros y son de concreto de color rojo, parecido a la tierra, pulido en pisos internos y tratado con chorro de arena en muros y una parte de la pasarela, dando a la estructura general una apariencia monolítica. Una gama de muebles diseñados específicamente para el proyecto (sillas de madera pintadas, sencillas e informales, bancos y mesas) pueden ser ordenados en función de la ocasión.
Siguiendo el eje entre los dos extremos del sitio, una acequia lleva agua por en medio de la escalera desde la cima de la montaña hacia el edificio. Acercándose a la parte inferior de la escalera, al aproximarse a la capilla, el agua se acumula en una cubeta para luego desviarse a través de un canal subterráneo que va hasta otro cercano.