Situada en uno de los puntos más altos de la Ciudad Eterna, la Cabane 7L es un observatorio que media entre el horizonte y los jardines de la Villa Medici, la Academia de Francia (Roma). En estos jardines renacentistas, el proyecto ofrece la oportunidad de ascender hasta el nivel de las copas de los árboles que rodean estos históricos jardines, descubriendo así una vista panorámica única. Construida por completo en madera de abeto, esta instalación efímera recibe a visitantes, residentes y artistas con el objetivo de reactivar uno de los lugares más icónicos de la ciudad. Del 22 de mayo al 29 de septiembre, acogerá diversos eventos culturales, incluidas actuaciones, conciertos y conversaciones.
El proyecto, diseñado por Manuel Bouzas, en colaboración con la Librairie 7L y CHANEL, forma parte de la edición 2024 del Festival des Cabanes. Este festival de verano reúne seis instalaciones diferentes para transformar los jardines de la Academia Francesa en un laboratorio de experimentación arquitectónica. Construido en su mayor parte con madera, el festival gira en torno al concepto de la cabaña (cabane), y sirve como una plataforma de diálogo entre la arquitectura, el paisaje, el arte y el diseño.
El origen conceptual del proyecto nace de la comprensión del contexto topográfico e histórico en el que se ubica. En el siglo XVI, en las afueras de la antigua Roma, Ferdinando I de Medici transformó la residencia del cardenal Ricci, en la colina del Pincio, en una villa renacentista conocida por su arquitectura y jardines. Desde el establecimiento de la Academia de Francia a principios del siglo XIX, generaciones y generaciones de romanos han sido testigos de la evolución de los jardines de la academia, que dibujan su icónica silueta de pinos. Por el contrario, la pregunta que el proyecto plantea es: ¿qué han observado esos árboles a lo largo de estos siglos?
La instalación consiste en un espacio público que flota a la altura de las copas de los árboles de la Villa Medici. Árboles que, aunque han crecido allí durante siglos, no permanecerán para siempre. La estructura consta de seis pórticos de madera que sostienen dos plataformas: una a nivel del suelo y otra a 7 metros de altura. La primera da la bienvenida a los visitantes y alberga eventos públicos, mientras que la segunda funciona como mirador. Cuenta con una mesa de picnic, mecedoras y bancos que permiten a los visitantes disfrutar de un descanso en el caluroso verano romano. Una escalera lineal, construida con CLT, arriostra en diagonal la estructura, y replica el mismo número de escalones que la histórica escalera helicoidal dentro del palacio. La estructura culmina en una cubierta con forma de V que protege al observatorio del sol y la lluvia, proporciona sombra y recibe la brisa que corre sobre la colina. El proyecto está diseñado para ser ensamblado y desensamblado, y para garantizar la resistencia al viento sin cimentaciones, se instalan 16 bolsas de almacenamiento de agua de 260 litros debajo de la plataforma.