La necesidad de trabajar en nuestros hogares llevó al autor a crear Biblio-Pabellón, un lugar donde puede se escapar de la pantalla de la computadora y sumergirse en la realidad paralela del medio impreso.
El interior del pabellón toma la forma de una columna de hélice barroca vacía, por lo que se está simultáneamente adentro y afuera. Este vacío helicoidal sólo contiene por una escalera que lleva al usuario desde el suelo hasta arriba y le permite pisar el último nivel horizontal superior de la construcción, lo que da a toda la estructura la forma de una doble espiral de ADN.
Su interior, sin techo ni pared cilíndrica exterior, es ideal para apilar cientos de libros alrededor de su perímetro exterior, con lo que todo el objeto se puede convertir en una librería cilíndrica gigante. Por otro lado, el techo del pabellón está concebido con láminas de techo transparentes corrugadas, que también se utilizan para una pared exterior cilíndrica. La escalera de caracol, que gira en espiral alrededor de la hélice interior, se convierte en un espacio donde se pueden ubicar las estanterías.
El autor considera a la pandemia como una oportunidad inesperada para regresar a estructuras hechas a mano y actividades inmediatas en su hogar, libre de la perfección técnica y las expectativas de un mundo profesional. Teniendo en cuenta la posibilidad de que la pandemia provoque el inicio del uso generalizado de inteligencias artificiales y la perfección de los artesanos robóticos de alta gama, encontró objetos hechos a mano deliberadamente imperfectos como un importante contrapeso a la perfección “calculada” de la inteligencia artificial. Aunque inicialmente, Biblio-Pabellón se construyó con herramientas de software 3-D, el autor decidió intencionalmente preparar cada pieza y construirla completamente por su cuenta con materiales comunes