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Exposiciones

Norman Foster en el Centre Pompidou

Norman Foster en el Centre Pompidou

La exposición dedicada a la obra de Norman Foster se inauguró en mayo 2023 en el Centro Pompidou en París. Es la primera vez que la disciplina de la arquitectura recibió un homenaje en la Galeria 1, el espacio más prestigioso de la institución parisina en el último piso del edificio. Se asciende a la exposición a través de la famosa «oruga» de vidrio diseñada por Renzo Piano y Richard Rogers donde descubrimos progresivamente todo el panorama de la ciudad. Una vez en el cielo de París, una vista aérea del Viaducto de Millau, con sus poderosos pilares entre las nubes, recibe a los visitantes a punto de entrar en la guarida temporal de Sir Norman Foster. 

La primera sala de la exposición era sorprendentemente pequeña y sombría, sumergida en la memoria del arquitecto a través de una saturación de fotografías, apuntes, dibujos técnicos y croquis firmados por él mismo desde los 13 años en 1948. Expuestos cronológicamente, sin explicaciones ni más títulos que los años de concepción, esta atmósfera íntima pretendía abrir al público su intensidad de producción y reflexión a través de sus libretas que ha llenado con todas sus experiencias año tras año. 

El arquitecto preparó al visitante para el viaje espacio-temporal que se abría a la luz del día en la gran galería. Dividida por varios muros oblicuos conteniendo cada uno diferentes temáticas, de la planificación urbana a las renovaciones de patrimonio, pasando por sus grandes innovaciones en el sector industrial y nodos de movilidad, las obras se declinaban en planos, maquetas y fotografías. Al mismo tiempo, una serie de objetos, realizados por el propio arquitecto o fuentes de inspiración (desde la caravana « Dymaxion » de Buckminster Fuller hasta una columna de Brancusi) se intercalaban en el espacio. 

Deambulando entre la producción prolífica y variada del estudio, el visitante llegaba a dos últimas salas pequeñas, oscuras y simétricas. Una contiene un video de la entrevista con el curador, Frédéric Migayrou al arquitecto, donde abordan las temáticas de la exposición. La otra, está dedicada a las «perspectivas futuras» agrupando las investigaciones que el estudio ha hecho en colaboración con la NASA sobre las posibilidades de habitar en la luna.

La exposición fue una oportunidad para recorrer la carrera del ganador del prestigioso Premio Pritzker en 1999, proponiendo una relectura de la historia del estudio Foster + Partners. Al principio de la gran sala, un texto explicaba el propósito del arquitecto: «Esta exposición aborda las temáticas de la ecología y de la anticipación del porvenir donde Norman Foster, sus socios y colaboradores son precursores desde los años 1960». Este lema fue el catalizador de la crítica de la exposición en el mundo de la arquitectura, pero también en los medios de comunicación convencionales. «Greenwashing, publicidad, justificación simbólica» son los términos usados en diversas críticas para describir la finalidad detrás de la exposición.

¿Pero no fue simplemente una cuestión de formulación del enunciado más que del propio contenido? Norman Foster es uno de los arquitectos que han revolucionado la idea de “infraestructura” en la arquitectura. Poniendo al servicio de esta disciplina el uso de estructuras, sistemas y redes a gran escala con un conjunto de medios técnicos, servicios e instalaciones necesarios para el desarrollo de actividades humanas en diferentes lugares específicos. Así pues, la noción de ecología no es motor de la reflexión de los proyectos del estudio ni se inscribe en el movimiento ecológico de construcción sostenible y frugal, pero se encuentra intrínsecamente en el diseño, ya que sus edificios interactúan bioclimáticamente con el entorno, como por ejemplo; el aprovechamiento del sol, la ventilación natural o la infiltración de las aguas. Los edificios de Norman Foster, con sus exoesqueletos y estructuras metálicas están reflexionados a todas las escalas para cumplir sus funciones y crear estas relaciones. 

Un ejemplo es el Centro de Artes Visuales de Sainsbury construido en 1978 donde todos los servicios están integrados en la súper estructura. Norman Foster explica el diseño del edificio como estructura que ofrece prestaciones estéticas y estructurales, pero también medioambientales: «un edificio que respira, por lo que la construcción se convierte en un organismo saludable».

Por consiguiente, poner la ecología en el centro de la reflexión de Norman Foster o interrogar su posición como promotor de esta es una cuestión secundaria. Lo que parece fundamental en sus proyectos es la integración de la noción de infraestructura en la arquitectura. Y, en consecuencia, una cierta ecología intrínseca a sus diseños porque para crear las funciones y relaciones entre las personas y el ambiente, es necesario reflexionar sobre el medioambiente.

Foster explicaba en su entrevista para la exposición, que intenta ir más allá de la idea de naturaleza como algo totalmente externo, más allá de una ecología de protección y preservación, presentando su enfoque sistémico y global de la naturaleza y la tecnología. En el contexto contemporáneo de crisis climática y de superpopulación, es fundamental reflexionar sobre la adaptación y reutilización de las infraestructuras que han modelado la tierra. Aunque hayan sido pensadas para usos muy específicos del siglo XX, la arquitectura es capaz de transformar estas construcciones para crear nuevos hábitats resilientes.

Más allá de investigar sobre los nuevos habitantes en la luna, ¿Aterrizará Foster + Partners para repensar su arquitectura de manera sostenible?

Esta exposición terminó en agosto, 2023. 

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