4 enero, 2022
por Miguel Ángel Rosas
Manfredo Tafuri con veintitrés libros en su producción estuvo muy presente en España y el idioma español. En los años setenta se inicia la traducción de sus trabajos y sus visitas a España se desarrollaron desde principios de los sesenta. Aquello fue un reconocimiento como figura esencial de la cultura arquitectónica de la segunda mitad del siglo XX, ¿qué es lo aprendido de aquel contacto y aquellas visitas?
Durante el período de la inmediata posguerra en Italia, el afán por ganar distancias con respecto a los años del fascismo parecía exigir una clara ruptura con el pasado. El cuestionamiento del gran relato historiográfico acuñado en las décadas anteriores en torno al movimiento moderno se reescribiría por una idea de modernidad mucho más abierta y susceptible de recuperar episodios condenados. Esta exigencia favorecía la restauración de las actitudes de la vanguardia clásica, una vanguardia histórica profundamente frustrada y humillada adquiría nuevos matices, quizás el caso más claro sea el del expresionismo, sin embargo, los ojos no solamente se dirigieron a esa vanguardia sino un paso atrás, al manierismo como arte de lo irracional, es decir, un manierismo igualmente incomprendido. El proceso de revisión no fue construido con base en individualidades históricas sino de un laborioso trabajo colectivo de al menos dos generaciones de historiadores y críticos cuyo giro historiográfico tuvo lugar a partir de la década de 1970. Tras Bruno Zevi, una nueva generación surgió: Aldo Rosi, Manfredo Tafuri, entre otros.
Para analizar su presencia en España se celebró el Simposium Internacional Manfredo Tafuri desde España, que tuvo lugar en el Palacio de Carlos V de la Alhambra de Granada, con el apoyo del Patronato de Alhambra y Generalife, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la Escuela de la Alhambra y la Universidad Internacional de Andalucía el 23 y 24 de noviembre de 2016. La memoria que recogió las ponencias expuestas se logró con la dirección y coordinación de Víctor Pérez Escolano y Carlos Plaza, y un nutrido grupo de discípulos cercanos de Tafuri.
El libro se estructura en dos volúmenes: un primer tomo, Ensayos, contiene 16 contribuciones sobre diferentes aspectos de la obra de Tafuri. El segundo tomo, Apéndices, contiene tres partes diferenciadas con material útil para el estudio de la obra de Tafuri y su recepción crítica cuyo objetivo es ser una fuente para la historiografía de su obra. Esa yuxtaposición nos permite tener dos visiones, la del evento y la de la historiografía crítica. ¿Cómo entendía Tafuri la crítica y la historia? Su propósito no es escribir una historia social de la arquitectura sino en establecer una dialéctica ante el origen de la antihistoricidad del movimiento moderno. Los caminos que abrió Tafuri son amplios como amplia es su metodología y esta última es a mi parecer su acierto que le dará vigencia a sus escritos. El pensamiento de Tafuri en ese sentido trasciende la lógica inmediata, la pregunta conciliadora de sus escritos y su pensamiento teórico ¿dónde está el origen de lo moderno?
“Manfredo Tafuri en España” nos invita a discernir y en ese sentido ante este abanico de Tafuris que se nos presentan decido escoger al menos abordado en este libro, al Tafuri del Barroco, al Tafuri heredero de Bruno Zeví. Un sólo texto nos habla de ello: “Una aproximación al primer barroco de Tafuri” por Jorge Fernández-Santos Ortíz-Iribas. A pesar de sus grandes aciertos, generosos de por medio, nos falta ese Tafuri, el del estudio del espacio en lo barroco. La arquitectura elige sus objetos, es ahí desde donde estos se presentan como históricamente significativos. Tafuri rompe los conceptos –deconstruye– y construye con ellos una suerte de arqueología, interés emparejado por Bruno Zevi. El estudio sobre el espacio se dio a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta. El espacio protagonista de la arquitectura es una conceptualización moderna, en ningún tratado se mencionó, ni Vitrubio, Serlio, Paladio, Vignola, hablaron de él. La arquitectura asiste a su invención, si bien, Brunelleschi, Alberti, Bramante, Giulo Romano o Palladio construyen la historia de la arquitectura del humanismo, no obstante, el humanismo se percibió con distinta intensidad y lo renovaron ideológicamente. La identificación del manierismo y la vanguardia estarían en el espacio vía el barroco de la contrarreforma.
¿En qué consiste la crítica de Tafuri? Para él “criticar significa recoger los fenómenos, someter a éstos a una rigurosa valoración, descubrir sus dialécticas internas y hacer estallar toda carga de sus significados”. Recoge Víctor Pérez Escolano. Ese antihistoricismo moderno recorre todo el proceso y nos conduce por el manierismo hasta la revolución iluminista, antítesis que permanece a lo largo del barroco. A través de la rica lectura comprendemos que Tafuri es más, mucho más que la interpretación de la Edad Moderna y desde ahí mi inquietud. Lo recopilado y reunido en este libro “Manfredo Tafuri desde España”, se dirá, un libro generoso que aporta más de lo exigido.
Pérez Escolano, Víctor y Carlos Plaza (Dir. y Coord.): Manfredo Tafuri: Desde España. Granada: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, Patronato de la Alhambra y Generalife, 2020, 447 pp. (Memorias 6.)