6 septiembre, 2019
por Arquine
El jueves 5 de septiembre murió Francisco Toledo a los 79 años. Toledo nació en la Ciudad de México en 1940. Hijo de una familia juchiteca, su nombre y su obra son un referente ineludible al pensar en el estado de Oaxaca. Además de su trabajo como pintor, artista gráfico y fotógrafo, Toledo desarrolló intervenciones arquitectónicas y en el paisaje de gran calidad. Rescató espacios como el que alberga su biblioteca, que donó al público, y al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), o el que sirvió de sede al cine El Pochote, ambos en la ciudad de Oaxaca, o la recuperación de la antigua fábrica de hilados y textiles La Soledad, que hoy alberga el Centro de las Artes San Agustín, en San Agustín Etla. Toledo también fue pieza fundamental en el desarrollo del Jardín Etnobotánico de Oaxaca, en el ex-convento de Santo Domingo.
Las intervenciones arquitectónicas y en el paisaje de Toledo parecen simples, pero su atención al detalle y su aprecio por la arquitectura vernácula —no sólo de Oaxaca— más allá de una visión folclórica fueron sin duda singulares. Acciones como la pequeña ventana que se abre desde el patio del IAGO a la Plazuela del Carmen Alto, permitiendo al paseante echar un vistazo a lo que podrá encontrar al girar la esquina y entrar al edificio, o el aparejo de tabiques y ladrillos que dan continuidad al pavimento de pisos y escalones transformándose a veces en muros, son algunos de los ejemplos de la calidad de los espacios concebidos por Francisco Toledo.