Los dibujos de Paul Rudolph
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31 julio, 2023
por Miquel Adrià | Twitter: miqadria | Instagram: miqadria
Liam Young construye mundos virtuales y cuenta historias sobre las condiciones urbanas globales del futuro y sus implicaciones arquitectónicas. Este arquitecto especulativo, escritor y artista digital (Brisbane, Australia, 1979) utiliza la narrativa cinematográfica y la tecnología para explorar el impacto del cambio climático, el crecimiento de la población, la desigualdad extrema y el colapso económico, desde donde crea proyecciones futuras. Las implicaciones de las nuevas tecnologías son el punto de partida para proyectar mundos imaginarios y visiones alternativas de los futuros de la humanidad, las ciudades y el planeta, que acaba prototipando.
Liam Young imparte clases en la escuela de arquitectura SCI-ARC, dirige un think tank (Tomorrow’s Thoughts Today) y el estudio de investigación Unknown Fields, y como arquitecto especulativo que es, no quiere perder tiempo diseñando edificios para construir. Sus mundos imaginarios nos abren miradas a futuros distópicos para conocerlos y estar preparados, así como qué tecnologías queremos usar y cuáles deberíamos dejar a un lado. Young propone arquitecturas que son extensiones de las actuales. Son extrapolaciones. Para Young, máquinas y personas son una misma cosa, un mismo sistema híbrido. Las máquinas son extensiones de los cuerpos y la tecnología sólo puede ser neutral en un nuevo medio donde todo esté conectado. Sus propuestas visuales son enigmáticas, atmosféricas, sensoriales. La niebla, la lluvia y la ingravidez son cómplices de su narrativa, tan cercana a esa visión apocalíptica que empezamos a vislumbrar en Blade Runner.
La exposición Construir mundos en Ex Teresa Arte Actual muestra seis historias, seis ficciones cinematográficas, donde se atisban posibles implicaciones urbanas y planetarias en la intersección entre tecnología, cultura y ciencia ficción. En Robot Skies, nos muestra la periferia anodina de Londres —la ciudad más videovigilada del mundo actualmente— donde dos adolescentes están en arresto domiciliario en sus respectivos departamentos, vigilados por drones, quienes encuentran cómo hackearlos para usarlos de mensajeros, en su romántica relación ciberepistolar. Young imagina un futuro próximo en el que los drones conformarán una infraestructura urbana inteligente que, como el metro décadas atrás, pasa a ser grafiteado y hackeado. Se trata de la primera película rodada en su totalidad con drones autónomos programados para imitar los comportamientos y reglas del cine.
En New City, Young construye ciudades a base de collage, de retazos de otras que ya existen en China, para crear nuevos mundos imaginarios. Where the City Can´t See es la primera película de ficción grabada íntegramente con escáneres láser y pone a prueba la seguridad cibernética y parte de que los sistemas de control urbano son imperfectos. Se trata de una tecnología que ya utilizan algunos coches para identificar obstáculos y permite una medición precisa de las distancias y que servirá para facilitar la conducción de coches sin chofer. Pero siempre existen lagunas, sombras, lugares donde ocultarse de los sistemas de control. En esta pieza, Liam Young propone espacios de encuentro camuflados desde la propia ropa que genera reflejos: sudaderas, gorras y capas a modo de camuflaje que hacen indetectable la presencia de sus portadores y así los jóvenes se pueden concentrar en lugares abandonados para bailar y hacer lo que les dé la gana. Desde esta visión distópica de un futuro cada vez más próximo, la moda podría no decidirse en los desfiles de París o Milán de acuerdo a las temporadas y estaciones del año, sino desde tecnologías y materiales con nuevas propiedades; por ejemplo, tejidos que generen reflejos y brechas a la videovigilancia.
The Great Endeavour es una máquina que secuestra el carbono que se ha expandido por el planeta, para procesarlo, compactarlo y enterrarlo. El proceso inverso de lo realizado desde la Revolución Industrial. Esta pieza, que también está en el Arsenale de la Bienal de Arquitectura de Venecia de este año, parte de que, ante la incapacidad para reaccionar a tiempo al cambio climático, el problema de la contaminación de hidrocarburos llega a ser insostenible y unas construcciones gigantes por todo el planeta, en tierra y en los océanos, se dedican a secuestrar, absorber, recoger, concentrar y, finalmente, enterrarla de nuevo en las profundidades de donde nunca debió haber salido. Para Young, un proyecto de esta índole podría ser el reto y la obra más grande de la humanidad. Planet City se trata de otra interesante especulación, donde toda la población terrestre se concentraría en una sola metrópolis hiperdensa. Una ciudad para 10,000 millones de personas que ocuparía sólo el 0.02% de la Tierra, liberando el resto para la regeneración del planeta y, de esta forma, mitigar el cambio climático. “Planet City“, apunta Young, “está construida por completo a partir de tecnologías sostenibles que ya están aquí, pero que simplemente carecen de la inversión o la voluntad política para implementarse a gran escala. En buena medida, todos los sistemas necesarios para mitigar los efectos del cambio climático o incluso revertirlo ya existen.” The Emissary es el testamento de la humanidad. Se trata de una pieza audiovisual que explora los satélites y sondas espaciales como extensiones de los seres humanos, para llevar un mensaje de la humanidad al exterior. En 1977 se envió un mensaje en las naves Voyager para comunicarse y contactar con vida inteligente fuera del planeta Tierra. Décadas después el Emisario cargaría la información necesaria para compartir con otros entes lo que llegó a ser la humanidad.
Detrás de un aparente fatalismo apocalíptico, y una narrativa sostenida y poética, Young no sólo delata problemáticas exacerbando sus resultados en un futuro próximo, sino que casi siempre deja una brecha de esperanza: una historia de amor dentro de un contexto adverso, un encuentro sideral o un rave encubierto en la periferia de Detroit son anhelos de futuro ante distopías a escala planetaria. Young utiliza las ciudades contemporáneas, exponenciando la hiperdensidad y los potenciales tecnológicos actuales, para crear obras que cuestionan y exploran los posibles escenarios futuros y analizan cómo las tecnologías pueden afectar nuestra forma de vivir. Sus mundos imaginarios se han convertido no sólo en imágenes icónicas y visionarias, sino en urgentes llamadas de atención. La exposición Construir mundos de Liam Young está en el Ex Teresa Arte Actual hasta el 15 de octubre y será parte del programa de actividades del Festival MEXTRÓPOLI.
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