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¡Felices fiestas!
27 marzo, 2023
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
Mario Salvadori nació en Roma el 19 de Marzo de 1907. Su padre era ingeniero, y trabajó en una compañía eléctrica española, por lo que Salvadori creció en Madrid, hasta que a los 23 años regresó a Italia. Se graduó en la Universidad de Roma con un doble título: en ingeniería y matemáticas. Prosiguió sus estudios en Londres y después viajó a los Estados Unidos, donde durante tres años trabajó como consultor para el Proyecto Manhattan sin saber, diría después, que sus investigaciones serían usadas en el desarrollo de la bomba atómica. Después de la guerra, entró como profesor a la Escuela de Arquitectura, Planeación y Preservación de la Universidad de Columbia. En 1975, se ofreció como voluntario para dar clases en una preparatoria de Harlem. En sus clases usaba ejemplos como puentes y edificios conocidos para explicar fácilmente conceptos de ingeniería y matemáticas. En 1980 publicó el libro Why Buildings Stand Up. The Strength of Architecture. El capítulo 11 del libro se titula Estructuras de formas resistentes. En dicho capítulo incluye, entre otros, el trabajo de Guastavino, Candela y Nervi. Y, casi al final, escribió:
Este capítulo debe terminar con la melancólica evidencia de que durante los últimos años, los delgados cascarones curvos, tan atractivos como puedan ser, no han resultado muy populares en países con tecnologías avanzadas por puras razones económicas. El principal obstáculo para su popularidad es el costo de la cimbra curva. Se han inventado y probado innumerables procedimientos para intentar reducir el costo de la cimbra o evitarlo totalmente. Desde la década de 1940, Wallace Neff rociaba concreto sobre estructuras neumáticas. Dante Bini dispone los puntos de refuerzo y cuela el concreto sobre globos plásticos aún sin inflar, elevándolos entonces con aire a presión. El Procedimiento Bini, en particular, ha encontrado éxito en casi todo el mundo, erigiendo cúpulas de hasta 100 metros de diámetro para escuelas, gimnasios y salones. Por supuesto, los globos son naturalmente eficientes al ser redondos. Estos procedimientos no pueden adaptarse fácilmente a otras formas de cascarones delgados.
Dante Bini cumplirá 90 años el próximo 22 de abril. Nació en Castelfranco Emilia en 1932 y estudió arquitectura en la Universidad de Florencia, donde recibió su doctorado en 1962. Lo que anotó Salvadori en su libro —el alto costo de las cimbras para las cubiertas curvas con cascarones ligeros de concreto—, lo llevó a investigar el uso de inflables, lo que culminó en más de 600 patentes y de 1,500 estructuras a lo largo de todo el mundo. Antes de Neff, mencionado también por Salvadori, Normand W. Mohr había explorado el uso de estructuras inflables —en 1927 propuso construir en San Francisco un túnel cimbrado con estructuras neumáticas en vez del puente Golden Gate. Fue el mismo Salvadori quien invitó a Bini a hacer una demostración de su método en la Universidad de Columbia en 1967. Después, en los años 70, Bini viajó a Australia, contratado para construir varias de sus Binishells que servirían como instalaciones principalmente para escuelas. Pero en 1975, una de las estructuras construidas por Bini en Australia, de 36 metros de diámetro, colapsó. Bini regresó a los Estados Unidos y siguió desarrollando sistemas de arquitectura con cimbras inflables, procesos de construcción robótica y, como consultor de Shimizu Corporation, propuestas para estaciones espaciales y lunares para la NASA.
Sin embargo, quizá la obra más conocida de Dante Bini, al menos fuera del medio especializado en ese tipo de estructuras, se La Cúpula, la casa que diseñó en 1969 para la actriz Monica Vitti y su entonces pareja, el director de cine Michelangelo Antonioni, quien se dice colaboró con el arquitecto en el diseño interior y le elección de acabados. En una entrevista, Bini contó que Antonioni le había dicho:
‘Quiero que mi casa esté rodeada por el medio ambiente; desde mi casa quiero escuchar el sonido del mar, y también quiero escuchar el viento dentro de la casa. No quiero vivir en un ambiente bidimensional; quiero vivir en un entorno escultórico, como tus cúpulas. Quiero oler el olor de las rocas’. En ese momento, no lo entendí. ¿Las rocas realmente huelen? Me dijo que fuera con él a la mañana siguiente para que pudiera entender de lo que estaba hablando. Pero primero dijo: ‘Quédate aquí, siente la puesta de sol y trata de entender. No estamos aquí solo por un día’. Así que pasamos varios días allí. Hablamos de todo menos de arquitectura. Hablamos de filosofía, de la vida. Al final de nuestro tiempo allí, me di cuenta de que claramente estaba escuchando a alguien que tenía una capacidad increíble para comprender este lugar especial. Me encantó. El día siguiente de que volvimos a casa, les pidió a algunas personas que cortaran un pedazo de granito, que era totalmente rosa, hermoso. Luego puso mi nariz encima de ese pedazo de roca rota; olí y entendí. Fue increíble. Le dije que no había estado prestando atención a la naturaleza antes y que me estaba enseñando lo que significaba la naturaleza.
La Cúpula, que se terminó de construir en 1971, terminó abandonada tras la ruptura de la famosa pareja, poco tiempo después. Hoy, sigue abandonada y es una de las ruinas famosas de la arquitectura de finales del siglo pasado y de las “casas burbuja” que estuvieron relativamente de moda entre los años sesenta y setenta.
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